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El mar es una fiesta

En la ría de Arousa se recolectan almejas y berberechos de la mano de una mariscadora, en una conservera se aprende a distinguir una buena lata, en barco se llega hasta una batea y en el parador se come un marisco y un pescado traídos del mercado la tarde anterior con un albariño. En Cambados, el Atlántico se ocupa de todo

Arte

Réquiem por un plato: quien no tuvo una vajilla de La Cartuja tuvo, al menos, una vecina que la enseñaba con orgullo

Laura Cano|Sevilla|

La Cartuja dice adiós después de más de dos siglos de historia. Era más que una fábrica, era la memoria de una ciudad que entendía el valor del tiempo y del trabajo bien hecho. El recuerdo quedará en las casas, en los platos heredados de las abuelas y en los armarios donde aún duerme la loza que en algún momento fue testigo de tantas sobremesas

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