
El Prado: un viaje de 200 años
Velázquez, por Miquel Barceló
Velázquez, por Miquel Barceló
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. Este es el resultado de aquella noche tranquila de Manuela Carmena.
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. Este es el resultado de aquella noche tranquila de Ana Belén.
Hace 30 años los museos eran un reducto para intelectuales. Hoy son un objeto de deseo para millones de personas. ¿Morirán de éxito?
De la muchedumbre a la soledad, del ruido al silencio. El artista José Manuel Ballester soñó en el Prado un universo pictórico desnudo de seres vivos. Solo el escenario permanece. Resultado: una desolación visual… y un ensayo conceptual. El arte que es y el que pudo ser.
Siempre se conoció como “el Prado oculto” al conjunto de obras no expuestas que duermen en los depósitos del edificio Villanueva. Pero hay otro museo escondido. Kilómetros de conductos, pasadizos, cables, pasarelas, escalinatas, calderas…, un paisaje entre la ciencia-ficción y la arqueología desde donde se controlan la seguridad y el mantenimiento del museo.
La misión encomendada al escritor Juan José Millás era bien sencilla: “Vete al Prado un día cualquiera y piérdete en la multitud”. También complicadísima: “Establece una topografía del lugar y una sociología del visitante”. El resultado de aquel deambular, de aquel contemplar y de aquel pensar es este texto: un intento de desentrañar algunas de las claves de por qué y cómo la gente de cualquier edad y de cualquier latitud entra en un museo como El Prado. Y lo que hace ahí.
Sábado. Nueve de la mañana. Un museo desierto. Dos siluetas solitarias recorren galerías, pasillos, salas, pinturas. contemplan y hablan. Miquel Barceló y su amigo Jean Marie del Moral, el fotógrafo que ha inmortalizado desde los primeros ochenta la carrera del artista, recorren el Prado. ‘Su’ Prado.
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. En un tiempo de prisa y multitud, este es el resultado de una de aquellas noches tranquilas con Lluís Pasqual.
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. Este es el resultado de aquella noche tranquila de Alberto Corazón.
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. Este es el resultado de aquella noche tranquila de Mario Vargas Llosa.
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. Este es el resultado de aquella noche tranquila de Cristina Iglesias.
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. Este es el resultado de aquella noche tranquila de David Broncano.
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. Este es el resultado de aquella noche tranquila de la youtuber Ter.
La idea era invitar a 10 personajes de distinto y distinguido pedigrí, colarlos en el Prado y dejarlos solos con su obra favorita —de noche y con el museo desierto— y que luego contaran la experiencia. La intención final: contrastar esa forma inhabitual de contemplar el arte, solitaria y serena, con el ruido y la furia del tumulto contemporáneo en los museos. Unos lloraron, otras se extasiaron, todos disfrutaron. En un tiempo de prisa y multitud, este es el resultado de una de esas noches tranquilas con Eugenia Silva.
Rino Stefano Tagliafierro insufla vida y movimiento a una treintena de obras del museo en una creación en vídeo producida por 'El País Semanal', uno de los contenidos del despliegue especial con motivo del bicentenario de la pinacoteca, que se publica este domingo