La verdura cocida tiene fama de plato aburrido, pero si vigilas los tiempos de cocción y aderezas con gracia puede ser una cena fantástica. Aquí tienes consejos para dejarla al punto y tres salsas bien alegres.
La cremosidad de la bechamel, el sabor del queso fundido y crujiente gracias al gratinado y una base de coliflor cocinada al punto: en esta revisión del plato ochentero la verdura no se pasa.
Proponemos una salsa diferente que realzar el carácter dulce de esta verdura. Así en la próxima comida podrás demostrarle a algún escéptico de que la coliflor no sabe a gas.
No es una receta fácil ni rápida, pero es una buena forma de reconciliar a muchos con la coliflor. Lo importante es que la salsa esté trabada, sea gordita y tenga mucho sabor.
Calabacín, brócoli, zanahoria, espinacas, col... las verduras con las que se pueden hacer tortitas son muchas, y con nuestra fórmula podrás combinarlas hasta el infinito y más allá.
Sí, sabemos que las coliflores no tienen alitas, pero nos referimos a esta receta así porque le vamos a dar el mismo tratamiento que a unas de pollo. Y lo mejor: el adobo admite mil variantes igual de deliciosas.
Un plato sencillo, vegano y lleno de sabores gracias a la mezcla de especias que integran la salsa. Con un truco extra para que la verdura no quede recocida ni aceitosa.
Un guiso indio rápido, que invita a hacerle una oda a la cuchara en las noches más frías. Viene con una idea de regalo para perder el miedo a preparar nuestras propias mezclas de curry.
Cocinar esta verdura de otoño entera y sin tocar el agua nos asegura una textura 'al dente' y ningún olor raruno, mientras la marinada aporta un montón de sabores que convierten la modesta coliflor en un plato festivo.
Una sedosísima crema con la coliflor como protagonista, con una textura imbatible gracias a la nata, la mantequilla y la yema de huevo y el delicado sabor que se consigue cocinando la col al vapor.
La coliflor picada es un perfecto sustituto del arroz y el cuscús, especialmente interesante si se quieren consumir menos hidratos. Hoy la horneamos con pescado blanco y una guarnición de edamame.
Dos productos de temporada se unen para crear un plato de otoño que se sale de lo habitual. Confitar el salmonete en un aceite que no llegue a burbujear es básico para conseguir la textura perfecta.
Rápida, simple y deliciosa: así es esta crema todo terreno en la que puedes cambiar la coliflor por brócoli o introducir otros quesos sin temor a fracasar.
Descubre, con ayuda del horno, que la coliflor no es la verdura blandurria que te servía tu madre de pequeño. De paso, invítala a comer y descúbrele las bondades de la cocción corta.
Hacer la coliflor en la sartén es sencillísimo, y el tostado que se consigue con este método eleva su sabor a la estratosfera. Una salsa fresca a base de tomate y aderezos italianos le pone la guinda al plato.
Volvemos a apostar por el horno como herramienta para conseguir unas verduras sabrosas, caramelizadas y sin calorías añadidas. Una salsa de yogur y curry en polvo remata una jugada ganadora desde el minuto cero.