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Diez recetas con verduras que están en plena temporada en noviembre

Espinacas, brócoli, coliflor, remolacha, col, zanahoria... este mes se impone aprovechar el mejor momento de muchas hortalizas. Aquí tienes unas ideas que se salen de lo de siempre

Recetas con verduras

Con la llegada del otoño real –ese en el que ya no vamos en manga corta todos los días, cambio climático mediante– y el invierno acercándose, las verduras de temporada toman el protagonismo en la cocina. Brásicas en forma de coliflor o el brócoli, hojas como las espinacas o las acelgas, o la remolacha; muy rica fresca pero comodísima en formato cocido, llenan los mercados y ofrecen opciones variadas, económicas y sabrosas para el día a día.

En El Comidista hemos reunido algunas de nuestras mejores recetas con estos ingredientes: platos fáciles, clásicos actualizados o técnicas revisitadas como el esparragado. Todos están pensados para aprovechar lo mejor del momento, y vienen con ideas para convertirlos en platos únicos, acompañamientos ricos o cenas a prueba de cansancio existencial.

‘Alitas’ de coliflor al estilo Búfalo: un aperitivo en freidora de aire

Las Buffalo wings son un clásico del picoteo estadounidense nacido en la década de los sesenta en la ciudad de Búfalo (Nueva York). Nuestra versión se sale de la fórmula habitual por la puerta grande, cambiando el ingrediente principal. Donde había pollo, usamos coliflor, una verdura que queda sorprendentemente bien en esta preparación. No contentos con semejante herejía veganocomunista woke, las hacemos en freidora de aire para que no dejes la cocina hecha un cristo. Si no tienes este trasto, no sufras: se pueden hacer también fritas o en horno convencional.

Ensalada de zanahoria rallada

Imprescindibles de los cafés y bistrós franceses, las carottes râpées son tan clásicas que incluso se venden como plato preparado en charcuterías y hasta supermercados. Se trata de una ensalada minimalista de zanahoria cruda rallada con hierbitas y un aliño muy ligero de limón y aceite de oliva. De forma optativa, lleva un toque crujiente de frutos secos y algo de mostaza. Esto último va a gustos, pero si las zanahorias están dulces y ricas, el resultado es estupendo.

Receta carottes râpées ensalada de zanahoria

Crema de feta y yogur con remolacha, cebolla dulce y hierbas

Aunque hay a quien las remolachas le parecen sosas, con este juego de texturas, contrastes y sabores quedan realmente buenas: la crema de feta y yogur griego es la base ideal para montar este invento a medias entre un untable y una ensalada. Es perfecto para dar salida a esas hierbas que compras para otras recetas, y como podemos comprar remolachas ya cocidas y peladas -un procesado saludable que puede dar mucho juego- se prepara sin encender el fuego.

El otoño en una ensalada: remolacha, manzana y zanahoria con vinagreta de uvas pasas

No es la ensalada más bonita que harás en tu vida pero probablemente sí una de las más frescas y jugosas que puedes preparar con las hortalizas que ofrece el otoño. El trío de la remolacha, la zanahoria y la manzana logran una combinación de texturas y sabores perfecta para acompañar cortes de carne tanto magros como grasos, un pescado, pollo asado e incluso tartas saladas como una quiche. También puedes convertirla en un plato más completo añadiéndole garbanzos, alubias, halloumi a la plancha o huevo duro.

Gratín de acelgas

Si las acelgas no son santo de tu devolución, es el momento de hacer las paces con ellas, porque la bechamel y el gratinado con queso y pan rallado convierten cualquier cosa en plato de buen gusto: para preparar este gratín separamos las hojas de las pencas, las primeras las blanquearemos rápidamente para ablandarlas un poco –en el horno se terminan de cocinar por completo– y las segundas las picaremos y las saltearemos junto con la cebolla.

Brócoli con crema de frutos secos

El autor de esta receta, Alfonso D. Martín, usó broccolini o bimi porque era lo que tenía en casa, pero se puede sustituir perfectamente por brócoli normal sin perder nada por el camino. Los frutos secos son totalmente libres, pero es cierto que cada uno tiene su qué: el contenido graso de anacardos y cacahuetes mejoran mucho más la textura de la crema que si usáramos nueces o almendras, por ejemplo, y los pistachos van genial pero cuestan un par de riñones, así que ajustadlo a vuestras necesidades y gustos.

Espinacas esparragadas clásicas y modernas

En este plato, las espinacas se aderezan con un majado de ajo, pimiento choricero y pan fritos, comino y vinagre, y luego se rematan opcionalmente con huevos. Aquí las tienes en dos versiones: la tradicional, cocinada por Ángela León Gómez, del restaurante La Alcuza en Pegalajar, y otra más modernilla obra de su hijo, Juanjo Mesa León, chef del restaurante Radis en Jaén-Jaén.

Col asada con puré de manzana

El horno es un gran aliado para preparar la col de forma rápida y sencilla, y de paso quitarle esa fama de verdura blandurria, de color tristón y con olor sulfuroso. Cortándola en gajos grandes o rodajas gruesas, y añadiendo aceite, sal y pimienta -u otras especias-, la col se ablanda ligeramente pero se mantiene crujiente, se dora y realza su dulzor. La servimos con un puré de manzana cremoso y especiado y una salsa de mostaza que contrasta con su sabor potente y picante.

Coliflor especiada con yogur y granada

Marinar la coliflor para después asarla da una base de sabor y textura que mejora con un aderezo cremoso, el frescor del perejil y el crujiente de la granada. ¿Se puede hacer con freidora de aire? Sí. Las especias son absolutamente intercambiables por tu mezcla favorita: solo con pimentón ya quedará rica, también con za’atar y el curry tanto en polvo como en pasta le dará un sabor genial. Si quieres que pique puedes ponerle chipotle o la salsa que tengas más a mano.

Recetas ligeras

Garbanzos salteados con acelgas, boniato y huevo escalfado

En esta receta utilizamos garbanzos, acompañándolos con acelga y boniato aprovechando que el otoño y el invierno son su temporada. Optamos por hacer primero el boniato cortado en dados pequeños para que quede dorado y algo crujiente, y lo añadimos nuevamente al final, para evitar así que quede hecho puré. La acelga la cocinamos en dos partes: primero las pencas cortadas en juliana junto a la cebolla y el ajo porque son más duras y fibrosas y requieren más tiempo de cocción, y luego la parte verde, que apenas necesita unos minutos para ablandarse.

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