Los purés de verduras son fáciles, económicos y reconfortantes, y si los rematas con un toque crujiente se pueden transformar en un platazo. Éste lleva calabaza y zanahoria, pero se adapta a lo que tengas en la nevera.
La verdura cocida tiene fama de plato aburrido, pero si vigilas los tiempos de cocción y aderezas con gracia puede ser una cena fantástica. Aquí tienes consejos para dejarla al punto y tres salsas bien alegres.
Sí, sabemos que el Wellington es un plato relleno de carnaca, pero hoy hemos querido hacer una versión con setas, boniatos y castañas. Cocina de invierno que abraza el vegetarianismo.
Abrimos el melón de 'conpatatistas' o 'conboniatistas' con esta tortilla en la que el tubérculo se adereza y se asa al horno. Como contraste al dulzor del boniato, un poco de queso feta queda fetén.
Si quieres que algún plato te recuerde a la cocina marroquí, usa 'ras el hanut'. Esta mezcla de especias, cuyo nombre significa "lo mejor de la tienda", nos sirve para alegrar unos contramuslos de pollo con dátiles y boniato.
Un plato sencillo que contrarresta el dulzor del boniato de temporada con una sabrosa vinagreta. Puede servir como plato único apañado si aumentamos las cantidades y es apto para llevar en el táper.
Hay sopas con trozos de verduras más allá de la minestrone. Podemos adaptar este reconfortante plato a los ingredientes de otoño añadiendo setas, calabaza y boniato, que asaremos para potenciar su sabor.
Más frescos, más herbáceos y más rápidos de hacer que los indios: así son los currys tailandeses según Alejandro Zurdo. El autor de ‘Comiendo en las calles de Asia’ nos enseña a hacer uno verde de ternera.
Nuestra última propuesta croquetera tiene una base de boniato, un toque de chile y queso para dar untuosidad. Vienen con un consejo de regalo para formarlas sin acabar pringado de pan rallado hasta las cejas.
Este tubérculo es uno de los ingredientes predilectos en el otoño nipón y, este postre, una de las formas más típicas y viejunas de prepararlo allí. Hay mil variantes de esta receta, pero todas están ricas.
¿Boniato asado? ¿En puré? Muy ricos, pero hay otras maneras de sacar partido al tubérculo más dulce. Aquí tienes dos recetas en el que lo salteamos y lo cocemos al vapor, y ambas son puro goce.
Si la última comida del día te coge sin energías y con la creatividad bajo mínimos, estas recetas sencillas, saludables y económicas te ayudarán a resolverla con poco esfuerzo y sabroso resultado.
Un caldo con mucha enjundia y sabor, fácil de preparar y que se engorda con batata cocida y carne de rape, perfecto para esas noches en las que aún hace fresco y apetece algo que entone el cuerpo.
Rellenamos unos boniatos asados con judías pintas cocidas, pico de gallo, aguacate y la propia carne del boniato, con un toque final de salsa de yogur que aporta cremosidad y sabor al conjunto.
Aunque parezca que esta ensalada otoñal lleva mucho tiempo, gracias al microondas y una variedad de lentejas de cocción corta podemos tenerla lista en poco más de 20 minutos.
Celebramos el cambio de estación con tres platos de elaboración sencilla, preparados con productos de temporada. Boniatos, granadas y peras con sello ecológico son sus protagonistas.
Que la chirimoya tenga más calorías que otras frutas o que el lomo de ternera esté en el grupo de las carnes rojas no significa que debamos perdernos sus beneficios
Un plato italiano sencillo -aunque algo elaborado- con el que cuesta casi lo mismo cocinar para cuatro que para 40. Se llama rótolo, admite infinitas versiones y podría ser el primo enrollado de la lasaña.
Una versión vegetariana, ligera y otoñal del clásico británico. Cambiamos el cordero por soja texturizada hidratada en un sabroso caldo y enriquecemos el puré de patata con algunos boniatos.
Una oda a la temporalidad otoñal que llena el plato de color y sabor: el boniato se viene arriba con las especias del Ras el Hanout, el shiitake le sube la potencia y cebolla dorada con panceta remata la jugada.
En esta ocasión te lo servimos con pulpo asado, pero este sencillo puré de boniato tiene tantas variaciones como quieras. Si llevas hasta el límite su caramelización, cambia el cazo por el horno.
Si le quitas las escamas y te curras unos filetes limpios, el salmonete al horno encima de un lecho de verdura de temporada previamente asada se convierte en un bocado digno de los días más finolis.
Mezcla mantequilla con miso y descubre el aderezo que mejorará cualquier plato en un instante, gracias a su textura fundente y el profundo sabor de la soja fermentada.
Boniato, calabaza, setas, quinua y arroz son la base de unas albóndigas veganas tiernas como los mofletes de un bebé. Mojarlas en all i oli de manzana asada redondeará una experiencia otoñal completa.
Se alejan las fechas de la Castañada, del Magosto, de Todos los Santos y de Halloween, pero el boniato tiene pensado quedarse todo lo que dure el frío. Hoy, nos lo comemos en forma de ensalada.