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Croquetas picantes de boniato y queso

Nuestra última propuesta croquetera tiene una base de boniato, un toque de chile y queso para dar untuosidad. Vienen con un consejo de regalo para formarlas sin acabar pringado de pan rallado hasta las cejas.

Crujientitas y cremosas
Crujientitas y cremosasRAQUEL BERNÁCER
Raquel Bernácer

Que en El Comidista somos muy croquetistas es bien sabido por todos los que formáis parte de ésta, nuestra gran comunidad. Ya sabrás que la croqueta es una receta de aprovechamiento y, si no lo sabes, te lo recordamos: la bechamel lo acepta casi todo y meterle ya sea jamón, restos de pollo asado o puchero, darle forma más o menos redondeada, rebozarla y freírla es uno de los mejores inventos culinarios para recuperar sobras. Existen otras formas de hacer croquetas. Nuestras Comidistas Mireia Font y Miriam García nos deleitaron con unos korokke, una receta de croqueta japonesa que se hace con patata en lugar de bechamel, y unas croquetas de patata y setas, respectivamente. Hoy añadimos a la lista de croquetas comidistas éstas de boniato y queso, con un suave toque picante.

Si quieres que te queden unas croquetas bien sabrosas, es interesante utilizar un queso que funda para contribuir a la cremosidad de la masa. Queda bien mozzarella -las bolitas pequeñas me han funcionado mejor, diría que porque sueltan menos agua al calentarse, siempre puedes dejar la bola abierta sobre un colador durante un buen rato-, queso cheddar, gruyère o camembert. He probado también feta y, aunque no se deshace, sí que queda algo más suave y le porta un punto salado que contrasta muy ricamente con el dulzor del boniato y el picante del chile.

Para que la masa sea fácil de manejar y la croqueta nos quede muy cremosa una vez frita, le he puesto dos hojas de gelatina. La puedes obviar si quieres hacer la receta apta para vegetarianos, pues la gelatina es un ingrediente de origen animal, pero será importante que la masa esté bien fría para que la puedas manejar bien. Aún así, os recomiendo que forméis las croquetas haciendo quenelles con dos cucharas: aunque es necesario practicar un poco al principio para que salgan bien, resulta más sencillo manejar la masa y es más limpio. El rebozado, en este caso, lo hago con harina, huevo y pan rallado. La harina hace que la quenelle, que es bastante frágil, no se nos pegue en las manos en su camino de convertirse en croqueta a la hora de pasarla al huevo. En cualquier caso, tienes explicado todo el proceso de rebozar las croquetas en la receta: que las disfrutes.

Ingredientes

Para unas 22-24 croquetas

  • 800 g de boniatos
  • 1 cucharada sopera de aceite de oliva
  • 2 hojas de gelatina
  • 100 ml de nata para montar (con el 35% de materia grasa)
  • 20 g de mantequilla
  • ½ cucharadita de postre de chile en polvo
  • Sal al gusto
  • 30 g de harina
  • 100 g de queso que funda (mozzarella, cheddar)
  • 2 huevos camperos
  • 100 g de pan rallado
  • Aceite de oliva abundante para freír
  • Escamas de sal al gusto

Instrucciones

1.
Calentar el horno a 200ºC. Lavar bien los boniatos, secarlos y untarlos con un poco de aceite de oliva.
2.
Hornear durante 40 min o hasta que estén hechos y se pinchen sin problema con un tenedor. Sacar y dejar enfriar.
3.
Poner la gelatina en un bol con agua tibia. Verter la nata en un cazo y calentarla, sin que llegue a hervir. Añadir la gelatina a la nata y remover para que se deshaga.
4.
Retirar toda la pulpa del boniato y ponerla en un bol. Añadir la mantequilla, la nata con la gelatina, el chile en polvo y sal al gusto. Mezclar bien con un chafapatas o un tenedor y añadir el queso picado a trozos pequeñitos. Probar y ajustar de sal o chile si fuese necesario.
5.
Tapar el bol con film transparente y dejar reposar en la nevera una hora.
6.
Pasado el tiempo, formar las croquetas. Para ello, tendremos un bol pequeño con la harina, otro con los dos huevos batidos y otro con el pan rallado. Con ayuda de dos cucharas, tomar un poco de masa y formar una quenelle (es decir, le daremos forma a la croqueta pasando la masa de una cuchara a otra hasta que tenga una forma más o menos alargada y uniforme).
7.
Pasar la quenelle por harina, luego por huevo y luego por pan rallado. Como la masa es bastante blanda, puedes ayudarte de otra cuchara o tenedor para ir pasando de un bol a otro.
8.
En este punto, se pueden congelar las croquetas o reposarlas en la nevera una hora antes de freírlas en abundante aceite de oliva. Una vez fritas, dejarlas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y servir con unas escamas de sal por encima.

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Sobre la firma

Raquel Bernácer
Es dietista-nutricionista, cocinera y divulgadora. Máster en Nutrigenómica y Nutrición Personalizada por la Universitat de les Illes Balears y actualmente cursando el Máster en Nutrición, Medicina y Salud Hormonal de la Mujer por la Universidad de Murcia.

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