Leer de a dos
Imagino que el amor, cualquier amor, es eso. Una navegación en solitario con un punto en común, cada tanto
Imagino que el amor, cualquier amor, es eso. Una navegación en solitario con un punto en común, cada tanto
Es muy relevante mostrar a personas dando alaridos, recién impactadas por el horror, en nombre de “Estamos haciendo nuestro trabajo, tenemos que mostrarlo”
A lo largo de muchas semanas, durante una época irreal en un sitio indeterminado de la Costa Brava, todo eso fue mío
No hubiera querido estar en ningún otro sitio: dos personas mirando algo con poco interés, la cabeza perdida en ensoñaciones
Me faltaba lo simple. La casa donde vivo desde abril en la Costa Brava, sus paredes blancas, el mar cubriendo las rocas como un encaje, el cielo azul Pantone
El hombre estaba sentado sobre un muro, mirando su teléfono. Sabía muchas cosas de mí. Es un sitio chico, los rumores corren rápido, como en el pequeño pueblo argentino en el que crecí
Ahí estábamos. Dos desconocidos girando sobre un trozo de roca y fuego sin más objetivo que el de respirar un rato o existir mejor
Durante un tiempo fui devota del ‘room service’, de cenar en el hotel mirando películas. Pero ahora busco restaurantes silenciosos
La imagen perfecta de la soledad es la de una persona pequeña en el patio de un colegio, aterrada y padeciendo humillaciones que nadie percibe, que a nadie pueden contar y que, cree, no terminarán jamás
El Papa se ha asegurado de mantener a los gays católicos en su corral, recordándoles que, si bien tienen derecho a estar exentos de que los encarcelen o los aniquilen en la tierra, su fe les tiene preparado un castigo mayor, una condena infinita
Llegué al párrafo final más prodigioso que haya leído en mucho tiempo. Me quedé muda
“Corré despacio”, me dijo mi padre. No sonaba preocupado. Era alguien que, desde la torre de control, está habituado a lidiar con idiotas
Nos reímos como bobos durante una hora. Por algún motivo, empezamos a hacer un recuento de novios antiguos
Todos estamos lejos de todos, la crueldad es lo que reina. Siempre nos hacemos mal. Pero mi amigo me habla
Una celebrada columna de la periodista y escritora Leila Guerriero provoca sonrisas entre hinchas de la selección argentina incluso cuando el equipo vio peligrar su triunfo
El campeón del mundo tenía en su perfil de Twitter el día de la final una fotografía de Riazor. El fútbol puede ser un negocio sin escrúpulos, pero también un hermoso álbum de recuerdos
A la hora del partido Argentina-Croacia, un hombre salió a caminar con sus perras, a pleno sol, porque sus hijos todavía creen que él puede cambiar el mundo
La periodista y escritora recuerda su primer partido en el campo: “Casi morimos intentando salir”
La presión sobre Kit Connor parece decir: “Sólo los gais tienen derecho a interpretar personajes gais y deben certificar que lo son”. Con esa lógica, sólo una mujer infiel podría haber escrito ‘Madame Bovary’
La gente parecía derrotada y hermosa. Yo me sentía en el epicentro de algo fantástico. Sin embargo, era un día normal
Son millones los que quedaron sumidos en un duelo que no termina porque nunca empezó: los que no pudieron vivir el fallecimiento de sus seres queridos
Esa noche, el periodista dejó una nota en el hotel: nos esperaba en las ruinas de Santiponce. Fuimos. Y él no apareció
Me quedo mirando la imagen hasta que me dicen que el museo va a cerrar. Salgo a una plaza seca y, aunque hay un sol de miedo, yo sólo veo a ese perro negro mordiéndome con la potencia de lo que es poco y está vacío y yerto
El programa tiene una duración de dos años e incluye prácticas remuneradas en los medios del Grupo PRISA
Los niños ya no leen lo que yo leía porque eso, dicen, los arrojaría al trauma. La librera me recomendó varios libros: uno abordaba el miedo a la oscuridad, otro el respeto a los animales. Eran libros con objetivo
Me pregunto quién nos cuida. Y me digo lo que siempre supe: nadie. Nos cuidamos solos
Soy silenciosa, pero siempre temí el extremismo de esa práctica: escuchar todo el tiempo mi cabeza sería una experiencia arriesgada. Pero hace días que no hablo
Cada vez que pienso en aquel tiempo siento que esa vida, tan muerta, es lo más auténtico que tengo, lo que más me pasa
Creo conocerme, pero ahora me sorprende cierta inclinación hacia lo paranormal: he empezado a recordar sueños que tendré en el futuro
Me gustaría que fuera de otro modo pero, si quiero escribir, la vida debe oponerme resistencia
El Tesla flota en la oscura nada cargando la horrenda soledad de Starman. Pienso: “El muñeco está vivo”. Siento terror
Recuerdo que creí que íbamos a hablar durante mucho tiempo de todas esas cosas de las que ya nadie habla
Las macetas eran ancestrales, como las plantas. Teníamos peines de carey y brochas de afeitar que habían llegado en barco. Preservábamos ramos de bodas pasadas. Los objetos guardaban nuestro espíritu. Quisimos dejarlo así
La ceremonia de los premios de Hollywood fue conducida por tres mujeres. Hubiera dado lo mismo que la condujeran varones haciendo bromas sobre los pechos de chicas semidesnudas
La escritora se reencuentra con Juan Manuel de Prada, Leila Guerriero charla con Albert Lladó y Asaari Bibang, Frank T. y Lamine Thior nos recuerdan que no hay negros en el Tíbet
Los lectores opinan sobre la inmersión lingüística, la estrategia de Pablo Casado, la generación “de cristal” y la antología de columnas ‘Teoría de la gravedad’, de Leila Guerriero
¿Piensa Boris Johnson que esas fiestas fueron un error? No importa. Pedir disculpas —se piden pero en verdad se imponen— otorga impunidad y tiene una ventaja: invisibiliza a los afectados
No creo en milagros pero ahora, después de estos dos años lúgubres, me gustaría que ―me, nos― sucediera algo inesperado, estrafalario y bondadoso
Estoy adormecida esperando que algo me despierte y todos los días pienso que ese será el día pero no lo es y nunca llega
Mucho se habla de la detección del abuso sexual infantil, pero nada se dice de cómo abordar determinadas situaciones con adultos que fueron abusados