El juicio del procés quedó visto para sentencia después de 52 jornadas —cuatro meses, más de 400 testigos— en las que quedó patente la distancia que separa la percepción de los hechos ocurridos en 2017, cuando se celebró el referéndum ilegal del 1-O y se produjo la declaración unilateral de independencia. Para la Fiscalía fue un acto de rebelión, para los acusados la expresión de la voluntad de un pueblo que quiere decidir su futuro. Todos los acusados aprovecharon el turno de última palabra para reclamar diálogo y una solución política al conflicto y se reafirmaron en sus actos durante una de las etapas más convulsas de la historia reciente de Cataluña.
Crónicas
- Un final sin arrepentidos en el juicio del ‘procés’, por Pablo Ordaz
- Los acusados cierran el juicio con un alegato político, por Reyes Rincón
- Cuatro meses de forcejeo con la violencia en el juicio, por Fernando J. Pérez
Creo que lo mejor para todos sería devolver la cuestión al terreno de la política, de la buena política, de donde nunca debería haber salido, al terreno del diálogo, la negociación y el acuerdo
Oriol Junqueras, exvicepresidente de la Generalitat
No hay ningún tipo de arrepentimiento, todo lo que hice lo volvería a hacer. Acepto mis actos y también las consecuencias
Jordi Cuixart, líder de Òmnium
Opinión
- ‘La ciudad del perdón’, por Xavier Vidal-Folch
- ‘Los 12 del apocalipsis del último día’, por Íñigo Domínguez
Tienen una responsabilidad de no agravar la crisis política. De su sentencia se va a derivar también la lectura sobre el límite de los derechos políticos
Jordi Sànchez, exlíder de la Asamblea Nacional Catalana
Niego rotundamente que mi objetivo fuera liquidar la Constitución
Joaquim Forn, exconsejero de Interior
Imágenes
- Los hitos del juicio del ‘procés’, en imágenes
Creo que no fue una ingenuidad pensar que el acuerdo entre la Generalitat y el Gobierno de España era posible. Estuvo a punto de ser posible
Santi Vila, exconsejero de Empresa. Dimitió un día antes de la declaración de independencia
Después de nosotros siempre vendrán más. No existen suficientes cárceles para encerrar el anhelo de libertad de un pueblo
Josep Rull, exconsejero de Territorio