En la silla de los testigos de la sala en la que se sigue el juicio contra 12 dirigentes independentistas por el 1-O se sentaron en la jornada 24ª diez guardias civiles y cuatro mossos. Todos ellos vivieron la crispación y el hostigamiento que reinó en Cataluña desde el día 20 de septiembre de 2017 hasta después de la celebración del referéndum ilegal. Algunos resultaron heridos, otros, como el teniente de la casa cuartel de Manresa relató uno de los escraches que tuvieron como objetivo a las fuerzas de seguridad. Todas las declaraciones retratan un clima de gran tensión.
Crónicas
- El silencio de los abogados, por Pablo Ordaz
- Los escraches antes y después del 1-O, por Reyes Rincón
- La violencia del 20-S 'olvidado' de Sabadell, por F. J. Pérez y J. García
Nos insultaban, gritaban ‘fuera las fuerzas de ocupación’, ‘la calle es nuestra’, 'hijos de puta'
Un guardia civil alojado en un hotel de La Seu d'Urgell
Protagonista
El teniente del cuartel de Manresa
El guardia civil contó cómo en la noche del 20 de septiembre un grupo de 2.000 personas se acercó al cuartel; él ordenó cerrar las puertas y arriar la bandera española. Los manifestantes izaron una estelada. Aseguró el mando que la orden que le había venido de arriba era "calma, calma y aguantar, aguantar".
Opinión
- El templo de Sansón, por Xavier Vidal-Folch
- Un juicio agotador, por José María Mena
Nos dieron patadas, puñetazos, empujones. A todos, guardias civiles, policías... De los 10 'mossos' que actuamos, 5 acabamos lesionados. Nos llamaban mercenarios…
Un agente de los Mossos
Apuntes
Más agilidad
Algunas de las declaraciones de la jornada no llegaron ni a cinco minutos de duración, y por la sala de plenos del Supremo pasaron en una sola sesión 14 testigos, el mayor número desde que se inició el juicio del procés.