El general de división Alfonso Armada, uno de los supuestos jefes de la conspiración que llevó al intento de golpe de Estado del 23 de febrero del año pasado, negó en un careo con el otro presunto cabecilla de la intentona, teniente general Jaime Milans del Bosch, toda participación en los actos de preparación del pronunciamiento. Las disensiones entre ambos generales quedaron ayer de manifiesto durante la lectura de parte del sumario, en la primera sesión del consejo de guerra que se sigue contra los 33 implicados -32 militares y un civil, Juan García Carrés- en los hechos del 23-F, calificados por el fiscal como un delito de rebelión militar.
El general Alfonso Armada, según las declaraciones que constan en el sumario, efectuó las siguientes negativas a las acusaciones que se le formulan:
Negó "toda participación en el golpe".
Negó su asistencia a cualquier reunión clandestina preparatoria del golpe.
Negó haberse propuesto como presidente del Gobierno.
Negó haber hablado de "una solución de gobierno" en su comida con Enrique Múgica.
Negó haber propuesto a Milans la denominada "solución Armada".
Negó haber mantenido conversaciones con Milans, Tejero y Cortina en las fechas previas al 23-F.
Negó que le hubiera comentado a Milans que el Rey le había dicho que era partidario de una rectificación del régimen político con un Gobierno de civiles y que la Reina prefería un Gobierno de militares.
Negó haber pedido audiencia en la Zarzuela en la tarde del 23-F.
Negó haber afirmado ante Laína que el Rey " se equivocó" con su discurso en la madrugada del 24 de febrero.
Alexander Haig, secretario de Estado norteamericano, cree que los europeos son, "simplemente, cobardes"; que el titular del Foreign Office, lord Carrington, es "un canalla mentiroso", y que la República Federal de Alemania sufre de esquizofrenia. Al menos así figura en unos documentos confidenciales de los que ayer se hacía eco en el Washington Post Robert Woodward, uno de los periodistas que sacaron a la luz el escándalo Watergate.
El banco de España hizo entrega ayer a los bancos del grupo Rumasa de 5.780 millones de pesetas, importe del resto de la garantía del Estado a favor de los ahorradores de Fidecaya, según anunciaron conjuntamente la comisión liquidadora de la entidad y el grupo Rumasa.