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El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

La alerta de la operación Diana

Después de las elecciones del 15 de junio de 1977, el presidente Suárez firmó con la Junta de Jefes de Estado Mayor -primer eslabón de la cadena de mando militar conjunto- la operación Diana que señala la misión de las Fuerzas Armadas y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en determinadas situaciones graves. La operación Diana establece tres escalones de acción: alerta 1, alerta 2 y alerta 3, correspondientes a los estados de sitio, excepción y guerra, descritos en la entonces vigente Ley de Orden Público de 1959.La operación Diana es la segunda derivada de dos operaciones precedentes: la operación Lucero y la operación Ariete, diseñadas por el ya desaparecido Alto Estado Mayor. La operación Lucero se elaboró a raiz de la primera enfermedad de Franco, en julio de 1974.

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Las autoridades del antiguo Alto Estado Mayor concibieron la operación -fuertemente asesorada por los Servicios de Información de la Presidencia (SECED), bajo el mando del entonces comandante José Ignacio San Martín- como una demostración de la seguridad, fortaleza y eficacia de aquel Estado. Toda la operación Lucero estaba impregnada del autoritarismo de aquel sistema y sus previsiones no contemplaban más amenazas a la comunidad nacional que los desórdenes públicos y la sublevación popular. La operación Lucero, con las correccciones crí.ticas aconsejadas por la experiencia, se convirtió en la operación Ariete, conforme a la cual se movieron los efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado y otras unidades de las Fuerzas Armadas, que les dieron relevo en posiciones estáticas, durante las jornadas electorales de 1977.

La ley aprobada por el Parlamento, la primavera pasada mediante la que se regulan los estados de alarma, excepción y sitio, según las previsiones del artículo 116 de la Constitución, derogó la Ley de Orden Público franquista y supuso el desmontaje de las ambigüedades en que quisieron ampararse los golpistas.

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