'Bruschetta' de alcachofas confitadas
Confitamos unas alcachofas en aceite aromatizado con ajo, menta y limón -hirviéndolas un poco previamente para facilitar el trabajo- y las servimos sobre una tostada, al estilo de los 'antipasti' italianos.
Confitamos unas alcachofas en aceite aromatizado con ajo, menta y limón -hirviéndolas un poco previamente para facilitar el trabajo- y las servimos sobre una tostada, al estilo de los 'antipasti' italianos.
Una sopa sabrosa y muy fácil de hacer en la que el caldo se viene arriba gracias a un sofrito de ajo y puerro. Las chirlas abiertas en el último momento le dan el toque definitivo de sabor.
Si encender el horno para hacer un gratinado te parece sinónimo de trabajazo, es porque no conoces aún esta parmentier de calabaza, rematada por una capa crujiente de parmesano tostado.
El mole canónico tiene decenas de ingredientes y muchas versiones diferentes. La que preparamos hoy es sencilla, completamente casera y perfecta para animar un guiso de legumbres rápido y reconfortante.
Este platazo de pasta es estupendo y algo más currado que sus homólogos. O sea, perfecto para estas fechas. Si controlas que el huevo no se cocine, lo tienes hecho.
Tres ingredientes verduleros -patata, berenjena y pimiento- cocinados en el horno que se vienen arriba gracias a un aliño inspirado en la clásica salsa César. Puedes adaptar las verduras a lo que tengas por la nevera.
En lugar de tratar al turrón como un postre en sí, lo usamos como un ingrediente más. Y el resultado son unos vasos helados y con capas, que te harán salivar hasta las siguientes navidades.
Un caldo tradicional de la cocina mexicana cuya única dificultad radica en encontrar camarones secos (pero puedes sustituirlos por frescos). Pruébala y apunta, que la Navidad está a la vuelta de la esquina.
Una versión vegetariana, ligera y otoñal del clásico británico. Cambiamos el cordero por soja texturizada hidratada en un sabroso caldo y enriquecemos el puré de patata con algunos boniatos.
Para recuperarnos de las lluvias y las primeras noches de biruji, ahí va una sopa tradicional que podemos adaptar a los ingredientes que tengamos o más nos apetezcan. Un buen caldo no es negociable.
Estos panecillos con verduras le darán a tu barbacoa el toque verde y caramelizado que necesita. Que no todo va a ser ponerse tibio a chorizos, salchichas y alitas.
Esta receta es muy fácil de hacer, está riquísima y lo mismo te soluciona un pícnic, que una comida o una cena a la fresca. Todo lo que se le puede pedir a un plato veraniego, vamos.
Aunque el peruano es bastante más conocido, en México también se come ceviche -o cebiche- de manera habitual. En esta receta la merluza se cocina ligeramente para después marinarse en zumo de lima y limón.
La salsa con atún, mayonesa y alcaparras que acompaña el plato italiano que suele acompañarse con tarnera también está buenísimo con un corte tierno de pollo, brotes y metido entre dos panes.
Aunque aquí triunfan la cochinita pibil y el pastor, los tacos de pescado son bastante habituales en México. Hoy los preparamos con caballa y aderezos variados que pueden ir desde el aguacate hasta el tomatillo.
A partir de cinco ingredientes, pero ampliable hasta el infinito y más allá, puedes preparar este cremoso helado: te llevará apenas 15 minutos si tienes un buen juego de muñeca.
Una ensalada que propone una manera fresca de tomar paté o terrina al estilo francés: como tropezones. Un poco de pasta, un montón de verduras, un toque de encurtidos y ya tenemos un delicioso plato único.
Estrenamos la temporada de sopas frías con una que combina la frescura de la manzana ácida con el dulzor de la cebolla y la textura del calabacín. La cremosidad corre a cuenta del yogur.
Una versión primaveral del famoso trinxat de la Cerdaña que no desperece en nada a la tradicional de invierno. Remátala con un poco de bacon crujiente y el juego de texturas será imbatible.
Un plato tradicional portugués en el que cambiamos las patatas paja por otras cortadas como para tortilla. El resultado, un juego de texturas que no decepciona.
Un corte de cordero muy humilde que se viene arriba en una combinación dulce, ácida y aromática con guisantes, miel, mostaza y un toque de ralladura de limón.
Convertir una pieza de carne en una salsa perfecta para servir con pasta, polenta o arroz es una de las virtudes del ragú italiano. Si quieres hacer una versión sencillísima, prueba esta con costilla de cerdo.
Una versión de las tortitas de toda la vida, ligera y aireada gracias a la magia de la clara de huevo batida a punto de nieve. Puedes cambiar el requesón por mató, el limón por naranja y la vainilla por canela.
Una vuelta cremosa a las judías con patatas y refrito de ajo de toda la vida. No es obligatorio ponerles un huevo frito o escalfado por encima, pero sí bastante recomendable.
Las fabes con almejas están muy bien, pero hay muchas otras maneras de combinar legumbres y mar. Hoy apostamos por las judías carillas con un caldo rápido asiático aromatizado con algas.
Muchos mejillones en escabeche de lata están a años luz de la textura de los que te proponemos en esta receta, que te hará replantearte toda tu existencia.
Hoy te traemos una receta refrescante para que lo goces en casa haciéndola este verano. Si quieres un sorbete perfecto, vete a una heladería. Si buscas un sabor propio, estás en el lugar indicado.
La sencilla manzana asada se puede convertir en un postre tan completo y elaborado como quieras: solo hay que darle aroma con algunas especias, la textura de los frutos secos y algo de untuosidad gracias al queso fresco.
La ensalada de col no es esa sopa aguachirlada que te ponen con la comida rápida: prepara en casa esta versión con apionabo y chirivía y descubrirás su frescura y crujiente originales.
Éste es uno de esos platos para comer con cuchara y no dejar ni una gota de la mezcla que lo riega. Los langostinos cocidos al punto pueden dejar paso a mejillones, navajas, pulpo y hasta berberechos de lata.
Si buscas una alternativa a la clásica lombarda guisada con pasas y piñones, prueba a hornearla hasta que está tierna pero no blandurria, dorarla en la sartén y finalmente aliñarla con un mojo fresco y sabroso.
Un costillar asado a baja temperatura -en el horno- sobre una base de cremoso puré de apionabo con manzana ácida para contrastar: así es nuestra versión libre de un platazo del restaurante La Esquina.
Para conseguir que esta carne quede tierna y jugosa por dentro y a la vez dorada y crujiente por fuera, recurrimos a un sencillo truco: la doble cocción.
Acompaña tus noches de verano al fresco con una receta clásica. El rebozado crujiente, sin exceso de aceite y traído desde Andalucía, es ideal para juntarlo con una copa de vino blanco.
¿Encender el horno en verano? ¡Venga ya! Este plato anglosajón no necesita este electrodoméstico para conservar su sabor y ser igual de apetitoso. Tan solo tienes que seguir los pasos de esta receta.
La carne de cerdo preparada a fuego lento hace la cucharita con una señora salsa barbacoa. Nunca se ha visto tanto amor entre dos panes (y fuera estamos casi seguro de que tampoco).
Una versión algo más elaborada –gracias al proceso de encurtido del apio, que puede hacerlo más atractivo para los apiofóbicos– de una ensalada simple, satisfactoria y muy fresca.
Una buena manera de beber fruta de temporada que puedes tunear con galletas, frutos secos, especias, otras frutas rojas o lo que más te apetezca. Y sólo necesitas una batidora (y algo para infusionar la leche).
Un estofado sencillo, rápido y sabroso, perfecto para estas noches en las que bajan las temperaturas y nos damos cuenta de que, a ciertas horas, la primavera son los padres. Al menos hasta dentro de un mes.
A medio camino entre Inglaterra y Sevilla, les ponemos patitas –y sepia– a los "fish and chips" más canónicos y los paseamos por el sur, en una receta que marida musicalmente tanto con The Who como con Bambino.