Sorbetes agripicantes de mango y sandía
Hoy te traemos una receta refrescante para que lo goces en casa haciéndola este verano. Si quieres un sorbete perfecto, vete a una heladería. Si buscas un sabor propio, estás en el lugar indicado.
¿Qué motivo tendrías para preparar un sorbete en casa? Esa es justo la pregunta que yo me hice hace unas semanas. Al principio, no encontraba una respuesta sobre todo por no tener heladera (lo que te facilita la vida sobremanera a la hora de conseguir una textura óptima, sin cristales, aunque el resultado que obtuve fue más que decente). Sin embargo, hay algo que estamos perdiendo cada vez más y es el dejar de lado lo que nos ofrece la industria para cocinarlo por nosotros mismos.
Si quieres un sorbete perfecto y estás lejos de tu heladería de confianza, vete al súper y cómprate una tarrina de mejunje de estabilizantes, potenciadores del sabor y conservantes. Si quieres tu sorbete, el tuyo, el de nadie más, ese que sabe a lo que te salga de las narices podemos entendernos.
¿De dónde vino la idea? De esta maravillosa droga legal que compartimos unos cuantos comidistas: la fruta (y cualquier cosa) con sal, chile y lima. De ahí que lo preparara en casa, y de ahí que me las gozara cosa bárbara cuando le estaba metiendo tajín a la hora de comérmelo. ¿Quieres saber un secreto? No te desesperes si ves que el resultado no es el esperado y hay muchos cristales. Todo tiene solución: dale un golpe de batidora y vuelve a meterlo en la nevera o, mejor aún, prepárate un refresco estupendo añadiéndole un buen chorro de agua con gas.
Por último, pero no por ello menos importante, estaría bien remarcar qué frutas son más idóneas. Frutas muy acuosas, como la sandía o los cítricos, van regular; de ahí que la receta lleve gelatina. Otras con una pulpa más consistente como el mango, el plátano o las fresas consiguen una textura mejor. En cuanto al azúcar, lo mejor es no abusar de él porque puede dar problemas en la congelación, provocando aún más cristales. ¿Qué nos queda? Usar algún sirope como el de arce, aunque lo verdaderamente útil es lo que harían las generaciones anteriores: usar fruta en su punto óptimo de maduración, llena de sabor y dulce por sí sola. Eso ayuda a que puedas reducir la cantidad de sirope y no te la juegues.
Posdata: no te olvides de añadir lima o limón aunque no vayas a meterle el picante y no quieras el toque ácido, ya que ayuda a prevenir la oxidación de la fruta.
Dificultad: Media-alta, hay que prestar atención a que no se formen cristales cuando se congela.
Ingredientes
Para 4 personas
Para el sorbete de mango
- 1 kg de mango maduro pelado (alrededor de 4 mangos)
- 1/2 taza de azúcar
- 1/2 taza de agua
- 2 guindillas cayena
- El zumo de 2 limas + su ralladura
Para el sorbete de sandía
- 1 kg de sandía madura pelada y despepitada (alrededor de 1.7 kg de sandía con piel)
- 1/2 taza de azúcar moreno
- 1/2 taza de agua
- 2 guindillas cayena
- 4 láminas de gelatina neutra
- Zumo de 2 limas + su ralladura
Instrucciones
Para el sorbete de mango
- Pelar los mangos y retirarles toda la pulpa con ayuda de un cuchillo.
- Pasar la pulpa a una batidora y triturar junto con la mitad del sirope sin gelatina. Pasar a una tartera (si no se tiene heladera) y meter en el congelador.
- Revisarlo cada hora y remover para evitar que se formen cristales de hielo. Cuando se haya enfriado lo suficiente como para que esté sólido, pero con una consistencia cremosa, servir y acompañar con ralladura de lima, chile en polvo y una pizca de sal.
Para el sorbete de sandía
- Si la sandía está en la nevera, sacarla, pelarla, despepitarla, cortarla en cubos y dejarla una hora para que se atempere. Si no, simplemente pelarla, despepitarla y cortarla en cubos.
- Pasar los cubos a una batidora y triturar junto con la otra mitad del sirope (con gelatina). Pasar a una tartera (si no se tiene heladera) y meter en el congelador.
- Revisarlo cada hora y remover para evitar que se formen cristales de hielo. Cuando se haya enfriado lo suficiente como para que esté sólido, pero con una consistencia cremosa, servir y acompañar con ralladura de lima, chile en polvo y una pizca de sal.
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