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Judías verdes con patatas 2.0

Una vuelta cremosa a las judías con patatas y refrito de ajo de toda la vida. No es obligatorio ponerles un huevo frito o escalfado por encima, pero sí bastante recomendable.

La magia de lo simple
La magia de lo simpleCARLOS ROMÁN

Cincuenta euros a la semana de gasto. Es el reto que me he propuesto para los primeros meses del año. Viviendo en Barcelona es casi tan difícil como despertarme mañana y descubrir que llevo 29 años siendo Batman, pero he ahí lo bonito del reto: supone un ejercicio de ingenio. Ojo, esto no es tanto por necesidad como por llevar a cabo un estudio personal pseudocientífico. Los objetivos son: a) Comprobar si es viable vivir hoy en día en una casi-capital europea; b) determinar qué parte de mi presupuesto se dirige a supervivencia y qué parte me lo gasto en chorradas tipo pistachos tostados sin sal, nada baratos; y c) recuperar la cordura de comer como se ha hecho siempre, con una dieta basada en verduras y comiendo carne de manera muy puntual.

Aunque a priori suena sencillo, no lo es. Lo digo de primera mano, porque ya es la cuarta vez que lo intento llevar a cabo. La fuerza se me va por la boca con la misma facilidad con la que me gasto los leuros en tabletas de chocolate. Pero como se me ha metido entre ceja y ceja estar al menos dos meses así, volveré a intentarlo. Dentro de este momento de locura transitoria -que es algo que puedes pensar y no seré yo quien te juzgue por ello-, he pensado una serie de recetas baratas, humildes y, sin embargo, buenas a más no poder. Algo así como los festines de fin de mes de El Comidista, pero todo el mes.

Patata, judía, ajo, aceite y pimentón. ¿Para qué más? Cuando era enano, mi madre se sacaba de la chistera tres comidas con estos ingredientes y yo quiero seguir sus pasos. En mi caso, eso sí, cambia el formato, ya que ella lo cocía todo y después lo rehogaba, mientras que yo prefiero servirlo en formato de crema de patata con judías crujientes por encima, todo aderezado con un aceite de pimentón y ajos. Ah, y coronado con un huevo frito, que no he añadido a la foto por no recargarla más y distraer de la verdadera receta (pero, en serio, añádeselo porque no te supondrá mucho más trabajo y coronará un plato que ya de por sí está muy rico).

Dificultad: Para partirse de risa.

Ingredientes

Para 4 personas

4 patatas medianas

  • 240 g de judías verdes
  • 4 dientes de ajo
  • Una cucharadita de pimentón dulce
  • Un vaso de leche entera
  • Pimienta negra recién molida
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 4 huevos (opcional)

Instrucciones

1.
Calentar una olla con 1 l de agua. Añadir el vaso de leche. Cuando rompa a hervir, cocer las patatas (peladas y cortadas) a fuego suave hasta que se puedan deshacer fácilmente con un tenedor.
2.
Reservar un vaso y medio de la mezcla de agua y leche de cocción de las patatas. Triturarlas con un pasapurés e ir añadiendo el agua de cocción poco a poco hasta obtener la textura deseada (en mi caso, bastante más ligera que un puré, pero sin llegar a estar líquida). Reservar en templado.
3.
En una sartén, calentar suavemente 8 cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Añadir los ajos golpeados y dejar que se confiten durante unos minutos sin que se lleguen a freír. Añadir el pimentón, marear el conjunto un minuto a fuego bajo y retirar del calor.
4.
En una olla con agua y sal, cocer las judías verdes cortadas durante cuatro minutos y medio. Comprobar el punto de cocción (en mi caso, tersas, todavía crujientes) y colar.
5.
Servir la crema de patata, continuar con las judías verdes y aderezar con el aceite de ajo y pimentón. Si se desea, colocar un huevo frito o escalfado por encima.

Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com.

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