SUDÁFRICA 2010
| España, en la cima del mundo
ROSA SULLEIRO | Madrid
Habían pasado poco más de 12 horas desde el disparo de Iniesta cuando la Copa del Mundo aterrizó ayer en Barajas. Lo hizo en las manos más famosas de España, las de Iker Casillas, que apareció en el umbral de la puerta del Airbus 340 que trajo a la selección de su periplo sudafricano cuando el reloj pasaba 10 minutos de las dos y media de la tarde.
R. S. | Madrid
El meta lidera de nuevo las celebraciones de los futbolistas
R. S. | Madrid
Iniesta supera su timidez para dedicar el triunfo a los aficionados
JOSÉ LARRAZA | Johanesburgo
El Soccer City abrió ayer todas sus estancias, incluido el vestuario español, al público
MÁBEL GALAZ | Madrid
El Rey, que no pudo estar en Sudáfrica, elogia a la selección por su nobleza y trabajo en equipo
LUIS MARTÍN | Madrid
Humilde, cariñoso y socarrón, el seleccionador le ha dado a España la mayor alegría futbolística de su historia sin levantar la voz ni torcer el bigote
DIEGO TORRES | Johanesburgo
Nunca un equipo conquistó el Mundial con solo ocho tantos a favor, ni acabó los cuatro partidos eliminatorios con la portería a cero, ni levantó el trofeo después de una derrota en el partido inaugural
CAYETANO ROS | Johanesburgo
Todos los rivales, salvo Alemania,trataron de neutralizar con muchas faltas la creatividad española
Los campeones del mundo
JORDI QUIXANO / LUIS MARTÍN | Madrid
Los futbolistas de la selección, unidos tanto dentro como fuera del campo
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ | Buenos Aires
JOSÉ MANUEL COMAS | Berlín
WALTER OPPENHEIMER | Londres
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA | París
YOLANDA MONGE | Washington
MAURICIO VICENT | La Habana
El impacto económico
AMANDA MARS | Madrid
El título mundial, si se sabe aprovechar, contribuye al aumento de los turistas y a vender los productos españoles - El incremento del consumo es solo puntual
TOUR 2010
| Jornada de descanso
CARLOS ARRIBAS | Morzine
El calor y la dureza hacen pensar a Contador que quizás este año tenga que olvidarse de atacar y aprender a defender
ORIOL PUIGDEMONT | Barcelona
La rapidez de Red Bull, la competitividad de McLaren y los errores del español y de Ferrari condenan a un tándem que hace unos meses parecía predestinado a la victoria