"Los premios individuales me dan igual"

Como ocurre en cualquier colectivo, la selección española de fútbol también está llena de contrastes. Puede que el más llamativo de esta generación sea el que se genera cuando se juntan Pepe Reina y Andrés Iniesta. El primero es un showman, el que lleva la manija de cualquier hazaña digna de ser celebrada, mientras que el segundo, "el jugador que toda España quiere y el hombre que escribió el guión de la final", en palabras del propio Reina, es uno de los futbolistas más discretos que hay. Con la piel aún más blanca que de costumbre, una camiseta conmemorativa del título y unas bermudas negras que dejaban al aire sus piernas magulladas por la dureza de los jugadores de la selección oranje, Iniesta compareció ayer en Barcelona en el que fue su último acto antes de irse de vacaciones hasta el próximo día nueve, fecha en la que debe reincorporarse a la disciplina del equipo azulgrana.

"En el gol a Holanda me vi tan solo que pensé que estaba en fuera de juego"

"En el fútbol todo comienza y acaba en ganar, siempre quieres más"

"¿Qué tal estás, Andrés?", le preguntó el conductor del acto. "Muy cansado", respondió el manchego con la voz ronca y cara de destrozado; "pero, a la vez, encantado. Tengo mucha suerte de haber podido vivir este momento del fútbol y de haber podido marcar un gol que ha hecho felices a tantos millones de personas. La felicidad de la gente no tiene precio". De la final contra Holanda, Iniesta reconoció que recuerda de forma vaga cómo fue la jugada que decidió el partido. "Estaba esperando el pase de Cesc. Él lo vio muy bien y se sacó la bola muy rápido. En un primer momento me vi tan solo que pensé que estaba en fuera de juego", explicó el jugador del Barça, que, como el lunes hicieron Puyol y Piqué durante las celebraciones, también le abrió las puertas del vestuario al centrocampista del Arsenal. "Ya ha salido de la boca de muchos que estaríamos encantados en poder contar con él en el Barça. Además de un gran jugador, es un amigo", añadió Iniesta.

En referencia a las consecuencias que puede tener este último hito en la mentalidad de los jugadores, el español consideró que solo puede ser positivo. "En el fútbol todo comienza y acaba en ganar, siempre quieres más. Cuando pierdes te esfuerzas en volver a ganar, y cuando ganas te exiges para poder seguir haciéndolo", añadió el futbolista, empecinado en dejar a un lado los posibles galardones individuales que le puedan caer: "El Balón de Oro me da igual. No me paro ni un segundo en pensar si lo puedo ganar. Los premios individuales no me interesan".

El acto se alargó una media hora, tiempo suficiente para que Iniesta respondiera todas las preguntas que se le hicieron y para que actualizara su Facebook, algo que todos los internacionales tenían prohibido durante la concentración en Sudáfrica. La última entrada era del 26 de marzo, y anunciaba su incorporación a la lista de convocados que iban a ir al Mundial. Ayer se limitó a mandar un mensaje de agradecimiento por las muestras de apoyo recibidas y a dejar bien claro que en ese preciso instante se iba de vacaciones. Durante los últimos días, más de un millón de personas se han convertido en admiradores virtuales del centrocampista de Fuentealbilla. Consciente del revuelo que ha causado el gol que le metió a Stekelenburg, Iniesta se limitó a decir que no pasará sus vacaciones en España. Prefiere buscar la tranquilidad fuera.

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