El campeón más rentable
Nunca un equipo conquistó el Mundial con solo ocho tantos a favor, ni acabó los cuatro partidos eliminatorios con la portería a cero, ni levantó el trofeo después de una derrota en el partido inaugural
España ganó el Mundial rompiendo moldes. Rescató valores que se creían enterrados y luchó contra una marea de propuestas que iban en sentido contrario. La reacción a la defensiva que encontró en los adversarios explica que se convirtiera en el equipo que menos goles hizo para conquistar la Copa. Nunca en la historia han bastado ocho goles para levantar el trofeo de oro porque nunca antes una selección encontró tanta resistencia. Nunca el contraste de estilos fue mayor. La reacción que generó España en los rivales fue el repliegue masivo. Ningún equipo en Sudáfrica tomó más precauciones que contra España. Al equipo de Del Bosque le pusieron todo tipo de dificultades. Fue el que más faltas recibió del torneo: 134. Una media de casi 20 por partido. Que se recuperase de una derrota inicial habla de la entereza que precisó para superar una situación de la que, hasta el momento, nadie se había repuesto para levantar el título. España es el primer campeón mundial que perdió su partido inicial.
"Yo soy como Mourinho, no como Guardiola", avisó Diego Maradona. El seleccionador argentino expresó un sentimiento generalizado en las casetas sudafricanas. El entrenador de moda cuando comenzó la Copa del Mundo era Mourinho. El portugués había fascinado a sus colegas más por sus propuestas defensivas en la Champions que por el resto de su trayectoria. Emulando los cerrojazos del Inter, los colegas de Mourinho llevaron a sus selecciones a tomar medidas parecidas, sobre todo contra España. Entraron en escena técnicos como Hitzfeld, Martino, Queiroz o Marwijk, gente que actuó en la misma línea que Capello y Dunga. "En el fútbol actual el atrevimiento cotiza a la baja", dijo Marcelo Bielsa, el seleccionador de Chile, tras caer derrotado ante un Brasil más cuidadoso del equilibrio táctico que de meter goles.
Las estadísticas de España son la prueba de que la mejor defensa es un buen ataque. En casi un siglo de Copa del Mundo no se ha visto otra selección que haya conquistado el título con ocho goles a favor y dos en contra. Solo Italia en 2006 y Francia en 1998 encajaron los mismos goles antes de alzar el título, pero la defensa española fue más eficaz en la fase de partidos eliminatorios. Tras sufrir un tanto del suizo Fernandes y otro del chileno Millar en los partidos del grupo, el equipo que capitaneó Casillas ganó los cuatro partidos decisivos por 1-0. Ningún otro campeón ha logrado mantener su puerta a cero en el segmento más caliente del torneo. España lo logró defendiéndose con la pelota y, cuando no la tuvo, mezclando la astucia de Alonso y Busquets para cerrar entre líneas, el empuje de Ramos, la categoría de Piqué en la anticipación, el mando de Puyol, y las intervenciones de Casillas en última instancia. En conjunto, compusieron la mejor defensa del mundo. Tanto para destruir como para comenzar las jugadas. Ningún equipo del Mundial contó con un central que diera más pases que Piqué ni con un lateral que se incorporara al ataque más que Ramos.
A España le costó concretar su gran producción ofensiva. Ningún equipo terminó más jugadas de ataque por partido: 15 de media. Más que Brasil (14), Argentina (14), Alemania (13) y Holanda (10). Ningún equipo dio más pases en el área contraria y ninguno remató más. Villa y sus colegas remataron 61 veces en el área de penalti, por 40 de Alemania, 36 de Uruguay y 35 de Holanda. La selección disparó un promedio de nueve veces por partido superando a equipos que alinearon a una multitud de delanteros. Argentina, con Higuaín, Messi, Tévez y Di María, remató un promedio de cinco veces por partido en el área contraria. Si España no logró más goles fue, en parte, porque Villa, Torres, Iniesta y Pedro encontraron menos espacios que los delanteros de otras selecciones. A la vista del panorama, los cinco goles de Villa tienen un mérito especial.
La consecuencia fue insólita: España es el campeón mundial menos goleador de todos los tiempos con mucha diferencia. Italia ganó en 2006 con 12 goles a favor y dos en contra. Brasil se impuso en 2002 con un balance de 18/4. Francia se coronó en 1998 con 15/2. El Brasil defensivo de 1994 ganó con 11/3. Alemania se llevó la Copa de 1990 con 15/5. La Argentina de Maradona alcanzó el título con 14/5. La hoja de Italia en 1982 fue un 12/6. La de Argentina en 1978 un 15/4. La de Alemania en su casa en 1974 fue un 13/4. Brasil en 1970, jugando un partido menos, ganó con un 19/7. La regresión acentúa el contraste.
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