Un campeón sin mentiras
Nadie pone en duda en Argentina que España sea la justa campeona. "Un campeón para imitar", titulaba ayer el suplemento del diario de mayor tirada de Buenos Aires, Clarín. "Un nuevo orden del talento", sugería su principal competidor, La Nación.
La victoria española no se discute, pero en Argentina es imposible hablar de fútbol sin hablar de ellos mismos. Así que el triunfo de La Roja se analiza, sobre todo, en relación con el fracaso propio. Es cierto que es difícil encontrar dos equipos que se parezcan menos en el juego, en sus técnicos (Del Bosque y Maradona) y en sus jugadores, fuertemente individualistas en Argentina, un bloque en España. "Acaba de terminar el Mundial más político, social o sociológico de la historia", asegura Daniel Arcucci en La Nación. "¿Qué significó la masiva recepción que se dio en Argentina a la selección de Maradona?", se pregunta el comentarista. "Para algunos, la exaltación del fracaso, propia de la idiosincrasia nacional. Para otros, la devoción al mito, tan propio también de nuestra tierra".
"España es un campeón sin mentiras, sin mezquindades", escribe Enrique Gastañaga. "Es una fórmula para imitar. Para que Argentina copie y pegue". Esa es la esencial de la discusión futbolística ahora. Para unos, críticos con su selección, España es un modelo. Para otros, está bien que haya ganado, pero no hay nada que imitar... No hay mejor seleccionador que Maradona, ni mejor jugador que Messi, ni mejor juego que el propio. Mala suerte si se perdió. Hay que seguir por ese camino. Como dijo la propia presidenta Fernández de Kirchner ante los rumores de la marcha del seleccionador: "¡Aguante Maradona!".
La verdad es que Del Bosque, tan comedido y callado, gusta muy poco a los hinchas de Maradona, que le sienten como un marciano. Otra cosa son Iniesta y Casillas, los jugadores más jaleados. Uno por pequeñito y compañero de Messi y otro, por sus manos mágicas. Los holandeses gustaron pero dieron demasiada estopa incluso para gusto argentino. "Si Argentina llega a jugar como Holanda, nos expulsan por dos Mundiales", se asombraba un comentarista. Al final, un elogio unánime: ganaron porque fueron los mejores. Además, comentan en la radio, ya está bien de que ganen siempre los mismos. Se acabó Italia. Viva España.
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