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Reportaje:CUBA | SUDÁFRICA 2010 | España vista desde fuera

Algo raro está pasando

"Esto ha sido lo más grande de la vida", resumía el domingo un joven cubano con la exageración proverbial de esta isla del Caribe, que en este caso no lo era. Se limitaba a expresar lo vivido momentos antes en el cine Yara de La Habana, donde cientos de personas con las caras pintadas de rojo y gualda vieron el partido como si fuera la mejor película. La sala estalló cuando en el minuto 116 marcó el gol Iniesta. El 99% de los cubanos allí presentes iban con España. "Al principio quería la victoria de samba, pero he acabado entusiasmado con los gallegos", decía otro asistente al espectáculo.

En varios cines de la capital, habilitados desde la segunda fase del Mundial para ver en directo los partidos, se repitieron escenas similares. Entusiasmo y júbilo a raudales, delirio en muchos casos, casi como si se tratara de un éxito de un equipo deportivo cubano.

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La primera impresión de que algo extraño y extraordinario estaba sucediendo le llegó a este corresponsal una hora antes del comienzo del partido, cuando recibió la llamada del realizador Juan Carlos Tabío, codirector de Fresa y Chocolate junto a Tomás Gutiérrez Aléa. "Oye, esto no es normal: la gente va por la calle con banderas españolas y las caras pintadas". Tabío, que vive en el céntrico barrio del Vedado, aplicó el mismo sentido del humor de sus películas. "Lo primero que hay que preguntarse es de dónde han sacado las banderas". En fin, mucha alegría. Horas después, al hacer balance del éxito español en el Mundial de Sudáfrica, un locutor de Radio Rebelde opinaba: "Lo más relevante es que El Bigotón ha logrado unificar a los de Barcelona y Madrid, que siempre están peleaos". Vicente del Bosque quedaba así inmortalizado como El pacificador.

Gran parte de la comunidad española en La Habana vio el partido en el hotel Occidental de Miramar. También había allí algún diplomático y funcionarios españoles, que en estos momentos tramitan a toda prisa los documentos para facilitar la salida hacia España de un grupo de 52 presos políticos cubanos. Como todos los demás, sudaron de lo lindo y cuando España marcó el gol de la victoria y el árbitro pitó el final del partido, uno de ellos comentó: "Ahora me voy corriendo a dar los visados".

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