Alemania advirtió ayer, oficial y claramente, que quiere una distribución «más justa» de las contribuciones que los Estados miembros hacen anualmente a la Unión Europea. La declaración final de la cumbre que concluyó ayer en la ciudad galesa de Cardiff recoge por primera vez, sin mencionar a Alemania como patrocinadora de esa iniciativa, el deseo de algunos países de «crear los mecanismos para corregir los desequilibrios en los presupuestos», aunque añade que otros Estados se oponen a la idea.
«Un día les pregunté si me iban a matar. Yo estaba convencido desde el principio de que me iban a ejecutar. A veces lo deseaba, señor, lo deseaba. Ellos no contestaban. A veces, uno me decía: "Segundo, tranquilo». Segundo Marey Samper, de 66 años, relató ayer, en tono emocionado pero sin dramatismo, el secuestro del que fue víctima en diciembre de 1983, primera acción reivindicada por los GAL.
El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, aceptó ayer -o dijo haber aceptado- prácticamente todas las condiciones impuestas por la comunidad internacional para evitar una intervención militar de la OTAN en Kosovo. Tales condiciones incluyen el cese de la represión contra los kosovares, el ofrecimiento de un diálogo a los rebeldes, la libertad de movimientos en Kosovo a organizaciones internacionales, facilidades para el regreso de los refugiados y la retirada de tropas serbias a sus cuarteles.