Joaquín Reyes

Rakel Camacho recupera en el Festival de Mérida la celebrada versión de Francisco Nieva de una comedia ferozmente antibelicista, en una puesta en escena más amable que incisiva, protagonizada por Joaquín Reyes

El humorista fue condenado a 18 meses de cárcel por una sátira en la que denunciaba el tratamiento mediático del caso de La Manada. Pero por él no ardió nada

El especial ‘Eugenio solo hay uno’, de Movistar+, resucita al humorista perdido en 2001 mediante inteligencia artificial y lo pone a dialogar con su hijo mientras otros cómicos interpretan sus chistes absurdos, amargos e inmortales

Al humor tonto se le pueden poner límites, pero quien se los marque al humor inteligente corre el riesgo de quedar como idiota

La herencia de José Luis Cuerda está en el humor feísta, de orgullo provinciano, explorador de lo patético, de Joaquín Reyes y la generación 'chanante'

Yo duermo tranquilo sabiendo que toda mi información está ahora en manos de unos señores rusos

¡Qué asco dan las plantas! Con sus raíces, sus tallos y sus hojas; con su fotosíntesis… Se creen muy guais las plantas. No quedó ni una

Mientras veo al equipo de rodaje de aquí para allá hago búsquedas 'random' con el móvil y encuentro algo increíble

No todo son ventajas para la gente bella; en algunos casos la armonía de sus rasgos provoca en la persona que los observa parálisis e, incluso, ganas de huir

Todo el mundo sabe que las personas más inteligentes son: hombres, heterosexuales y blancos (las tres cosas a la vez). ¿Hace falta aclarar esto?

La fama fue como una ola de fuerza desmedida, de espuma blanca y rumor de caracola

Yo era un niño muy espiritual, me gustaba pegarme las pegatinas de las mandarinas en las uñas

La sobrina nieta de Walt Disney, Abigail Disney, lleva toda la vida huyendo de su familia, sin saber muy bien como gestionar la herencia millonaria

No era Rosalía quien cruzaba, era Pablo Sebastián, el pianista de Parada, otra pareja artística que se quebró como el tándem Bertín-Arévalo o Iglesias-Errejón

No es verdad que se te estropeara el despertador el día del rodaje; lo que pasó es que me deslicé en tu habitación y lo desconecté

Todo iba miel sobre hojuelas porque parece ser que empezaste puntual y, como se puede comprobar en los vídeos grabados por los asistentes, se te entendía lo que cantabas

¿Quién puede resistirse a ese estribillo que irrumpe con la fuerza de los mares? Nadie que tenga un corazoncito en el pecho

A mí no me engaña con melindres, seguro que ahora haciéndose el despistado empieza a transitar por caminos inverosímiles

Atarse los zapatos sentado, por ejemplo, se vuelve una divertida actividad trufada de resoplidos y maldiciones

Creí que el libro era normal y Maduro el que tenía unas proporciones monstruosas y lo imaginé pisando la ciudad de Caracas cual Godzilla caribeño

Cuando estaba en el hospital doblado de dolor, el enfermero encargado de pincharme la sonda me espetó: “¡Qué! ¡Ahora no cuentas chistes!”