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El no ya lo tienes
Columna
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Almeida, cara de ángel

¡Qué asco dan las plantas! Con sus raíces, sus tallos y sus hojas; con su fotosíntesis… Se creen muy guais las plantas. No quedó ni una

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, visitan la reversión de los maceteros de la calle Galileo.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, visitan la reversión de los maceteros de la calle Galileo.Samuel Sánchez

Estábamos descorazonados: ¿Tendríamos que soportar en el Ayuntamiento de Madrid otros cuatro años, a esos bolcheviques obsesionados con hacernos respirar un aire un poquito más limpio? Lo veíamos muy negro. Pero en esas apareció en el horizonte, con una sonrisa luminosa, José Luis Martínez Almeida. "¿Quién puede permanecer impasible ante su encanto?", pensé, y una ilusión creció en mi pecho como una flor. Lo que vino después ya lo saben, gracias al pacto de perdedores/ganadores la vara de mando obra en su poder (por cierto blandida por él luce más; sin duda posee la virtud de engrandecer las cosas). Y están rabiosos, los rojos digo, y no paran de dar la tabarra con sus movidas de rojos. El otro día unos activistas de Greenpeace (paz verde en español) cortaron una entrada a Madrid Central en protesta contra las moratorias de las multas. "¡Mucho tiempo libre es lo que tienen!", vino a decir nuestro flamante alcalde. Y tiene más razón que un santo. Porque mientras estos “esgarracolchas” estaban ahí como pasmarotes (ni siquiera rimaban proclamas ni nada), él estaba trabajando para los madrileños de buena voluntad.

Por ejemplo, personándose en la calle Galileo y mandando retirar unos maceteros con plantas. ¡Qué asco dan las plantas! Con sus raíces, sus tallos y sus hojas; con su fotosíntesis… Se creen muy guais las plantas. No quedó ni una. Él sonreía mientras las veía desaparecer, y a su lado Begoña Villacís, satisfecha también, fotografiaba el momento. Me imagino los mensajes de después: "Bego, pásame las fotos en las que jodíamos a esas malditas plantas jajajajaj". He ido a comprobar cómo ha quedado el tramo de calle y en el espacio donde antes había vecinos charlando rodeados de asquerosas plantas, ahora pueden estacionar los coches. ¡Bien! Sin que nadie me lo pidiera he ayudado a aparcar unos cuantos. Apurando las maniobras he logrado que donde cabían dos cupieran tres y me he acordado del pacto de PP, C's y Vox y una inmensa alegría me ha inundado y he chocado mis talones en el aire.

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