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El Ayuntamiento elimina el espacio peatonal de Galileo, otra medida de movilidad de Carmena

El proyecto del anterior gobierno municipal buscaba reducir la contaminación y pacificar el tráfico

Almeida y Villacís observan cómo se llevan los maceteros que delimitaban la zona peatonal.Vídeo: SAMUEL SÁNCHEZ / epv (ep)
Gloria Rodríguez-Pina

El nuevo gobierno del Ayuntamiento de Madrid, de PP y Ciudadanos, ha devuelto a los coches el espacio peatonalizado de la calle Galileo, en el distrito de Chamberí, puesto en marcha durante el mandato de Manuela Carmena y que buscaba reducir la contaminación.

El alcalde, José Luis Martínez Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, han acudido este martes a la calle Galileo a comprobar cómo los operarios trabajaban para devolver la calle a su configuración inicial, con 29 plazas de estacionamiento de rotación. Les esperaban vecinos del barrio: un grupo con vítores de “¡alcalde, alcalde!”; otro, más reducido, con silbatos y gritos de “¡fuera!” y ¡vergüenza!”.

Almeida se ha felicitado porque su gobierno cumpla con la demanda de los vecinos que pedían la reversión. La actuación “responde a una lucha que llevan teniendo desde hace más de tres años los vecinos contra el anterior gobierno, ante una actuación injustificada que no perseguía mejorar las condiciones de movilidad", ha manifestado el alcalde. "Tenemos que hacer esta actuación porque se la debíamos a los vecinos”, ha añadido. El alcalde también ha prometido que "se va a adecentar e iniciar una obra en el parque" adyacente.

Villacís también ha celebrado la decisión de “revertir algo que, como todo el mundo puede ver es una auténtica chapuza”, desde su punto de vista. “Por fin se ha escuchado a los vecinos, por tanto esto no lo ha hecho el PP, esto no lo ha hecho Ciudadanos; lo único que hemos hecho es escuchar y hacer caso y cumplir lo que democráticamente están reclamando los vecinos de Chamberí”, ha declarado.

"Realmente, ¿el gobierno de Almeida y Villacís considera que revertir la peatonalización y el espacio amable para las personas de la calle Galileo es un avance para la ciudad y sus habitantes?", se preguntaba este martes la asociación Ecologistas en Acción en un mensaje en Twitter.

El alcalde ha asegurado que en su gobierno "es una prioridad absoluta la calidad del aire". "He mantenido esta mañana una conversación con la ministra de Transición Ecológica donde le he dicho también el compromiso total y absoluto por la calidad del aire y la lucha contra la contaminación en la ciudad de Madrid".

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Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, considera que el gobierno de Almeida y Villacís concenta su acción en "deshacer" lo que ha hecho el ejecutivo anterior. "Es un gobierno revanchista cuyas únicas acciones conocidas son quitar lo que Manuela Carmena y su equipo de gobierno han hecho en la ciudad de Madrid durante cuatro años", ha apuntado en declaraciones ante los medios en la Asamblea. "Es triste y otro retroceso más que nos devuelve una ciudad de hace 10 años y no una ciudad del futuro, que es en los que deberíamos concentrarnos".

Vecinos divididos

En junio de 2017 la corporación local de Manuela Carmena decidió cerrar y semipeatonalizar el tramo de 70 metros de la calle Galileo entre las calles Fernando Garrido y Meléndez Valdés, excepto para vehículos de emergencia. La medida, un proyecto piloto que formaba parte del proyecto Chamberí Zona 30, estaba incluida en el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático del Consistorio.

Asociaciones de vecinos y comerciantes de la zona protestaron por el cierre de la calle y PP, Cs y PSOE pidieron en el pleno su reversión, mientras otros sectores vecinales y asociaciones ecologistas exigieron no dar ni un paso atrás. Dos meses después, en agosto de 2017, el Ayuntamiento volvió a permitir la circulación de vehículos, pero con un límite de 20 kilómetros por hora. El espacio antes destinado al aparcamiento permaneció innaccesible al coche y a disposición del vecindario con señalización vertical y horizontal, pintura especial para pavimentos y elementos como bancos y jardineras.

Los colectivos que habían soliticado la reversión celebraban este martes la retirada de esos elementos. María Dolores López, vecina del barrio, denuncia que el espacio era "un punto de suciedad, de botellón", que impedía a los vecinos de enfrente descansar en verano. "Dejar un carril por el que tienen que pasar coches de bomberos y policía es ilógico", añade.

Para otro vecino, Antonio Caballero, era "un contrasentido". "No ahorra contaminación, produce más: si yo no encuentro aparcamiento y doy vueltas y vueltas, gasto más gasolina", dice el vecino. Los hosteleros Jesús López, de Ecoss, y Laura Tizón, de Garnica, se alegran también de recuperar plazas de aparcamiento.

Otros residentes de la zona lamentan sin embargo que se devuelva espacio al coche. Cristina Domingo defiende esta "pequeña medida en favor de calmar el tráfico", que hacía que el barrio "fuera un poquito más amigable". "Lo revierten porque son amantes de los coches, todo esto para ganar unas plazas de aparcamiento", se queja Domingo, que considera "ridículo" el acto en el que Villacís y Almeida han acudido a presenciar la retirada de maceteros.

Irene Moratilla, que lleva casi toda la vida en el barrio, está a favor de "más manzanas así, más espacios amables para todos". Moratilla reconoce que son más los vecinos que pedían su retirada, pero dice que no lo entiende. "Los coches reducen la velocidad y hay menos contaminación", dice.

Esta medida se anuncia después de la entrada en vigor de la moratoria de multas de Madrid Central, que este lunes, en el primer día sin sanciones, supuso un aumento del tráfico en la capital, aunque el Ayuntamiento lo niega.

La medida de revertir Madrid Central y la manifestación en apoyo de la continuidad de esta zona de bajas emisiones ha tenido eco internacional. “Madrid se encamina en dirección contraria” a Europa en calidad del aire, ha publicado The New York Times.

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