_
_
_
_
El no ya lo tienes
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Filtro viejuno

Yo duermo tranquilo sabiendo que toda mi información está ahora en manos de unos señores rusos

Kiko Rivera, envejecido por la aplicación FaceApp.
Kiko Rivera, envejecido por la aplicación FaceApp.INSTAGRAM

Gracias a la aplicación rusa FaceApp he podido comprobar como será en su senectud Kiko Rivera y traigo buenas noticias: aunque se eche años encima el brillo en la mirada permanecerá intacto. Es una maravilla esta aplicación, les recomiendo que se la instalen sin dudar. Es verdad que autorizas a que trapicheen con tus datos sin pudor, de una manera perpetua, irrevocable, no exclusiva, libre de regalías, mundial, totalmente pagada, con licencia para usar, reproducir, modificar, adaptar, publicar, traducir, crear trabajos derivados, distribuir, ejecutar públicamente en todos los formatos y canales de medios conocidos o desarrollados posteriormente, sin ningún tipo de compensación, pero… ¡qué menos!

¡Poco me parece! Descargártela no cuesta ni un duro y tampoco es que, por lo general, nuestras vidas sean tan interesantes como para ponernos pejigueros. Yo duermo tranquilo sabiendo que toda mi información está ahora en manos de unos señores rusos.

Por cierto: Queridos camaradas, me parece bien que comercialicen con mis fotos pero por favor, si puede ser, absténganse de hacerlo con esa donde salgo disfrazado de Hulk.

El caso es que también me apliqué el filtro y, paradojas de la vida, al ser yo una persona viejoven no surtía ningún efecto. Lo intente con varios selfies pero como si quieres arroz Catalina, me dejaba igual; no era capaz de envejecerme. Me pareció halagador y salí a la calle con una sonrisa de oreja a oreja. No llevaba ni cinco metros andados cuando una chica me interceptó.

—¿Me puedo hacer una foto con usted?— me preguntó pizpireta.

—Claro —le contesté— ¿te gusta mi trabajo?

—Bueno, es para enseñársela a mi madre, es que era muy fan de su programa La hora chanante, le encantaba, lo veía a todas horas. Me acuerdo cuando tenía siete años que me ponía algunas de sus parodias. A mí también me gusta lo que hace usted, pero yo soy más de Broncano.

De repente esa chica consiguió lo que no había conseguido la aplicación rusa: convertirme en un abuelo.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_