El peso de la púrpura

La sobrina nieta de Walt Disney, Abigail Disney, lleva toda la vida huyendo de su familia, sin saber muy bien como gestionar la herencia millonaria que cayó en sus manos. Según declaraba ella misma: “Cuando era joven me avergonzaba la fortuna de mi familia y es cierto que tengo complejo de inferioridad respecto a quienes se han ganado realmente su dinero”. Algo así le sucede a Isabelita Pantoja pero no lo dice. Qué inquietud convivir con todos los problemas que se derivan de tener unos apellidos célebres: expectativas insatisfechas, exposición mediática, nombres extravagantes... No pretendo frivolizar sobre el tema, solo imagínense por un momento como debe ser tener un progenitor genial, un referente brillante, una especie de deidad en la tierra. Estoy pensado en mis propios hijos, pobrecitos...

Queridos Axel Lobo y Abril Candela: Quería daros unos consejos para el futuro. No os obsesionéis conmigo, nunca podréis estar a mi altura. Llevad una existencia sencilla y disfrutad de las cosas pequeñas de la vida.

Un besito.

Vuestro padre.

P.D. Por si no lo tenéis claro, soy el señor de bigote que os trae regalos cuando vuelve de una gira.

Alguien que, a pesar de todo, ha sabido convivir con todo esto sin perder el oremus es Miguel Bosé (perfectamente podría estar como vaca son cencerro, pero no es el caso). Como saben ahora, el famoso cantante, reside en México, donde lleva una vida discreta, sin sobresaltos... como un jubilado.

Querido Miguel Bosé: En tu caso tampoco es bueno vivir así ¿Por qué no te buscas una obsesión? Podrías tomarla con algún alto cargo (una comisionada de derechos humanos de la ONU, por ejemplo) responsabilizarla de no solucionar un problema geopolítico de escala mundial, y dedicarle estrafalarios y desconcertantes vídeos. Piénsatelo.

Un abrazo

Joaquín

P.D. si no me localizas soy el cómico de bigote que presentó la mejor gala de los Premios Goya de la historia.