La feria de arte contemporáneo afianza su tirón entre los extranjeros que residen en la capital portuguesa. La presencia de 86 galerías convierte la edición de este año en la más extensa de su trayectoria
Poseer una composición artística es distinto a adquirir otro producto: conlleva responsabilidades y descuidarlas puede terminar en pleitos con los autores
En una feria de arte contemplamos las obras igual que ojeamos los libros en una librería: es la experiencia del vistazo. Y, pese a tenerlo todo en contra, a veces uno logra abstraerse del tumulto y darle sentido a la visita
Si afortunadamente el rey emérito puede hacerse cargo de los costes del silencio: tranquilidad. Lo que si ocurrirá es que al menos el exduque tendrá que asumir la fiscalidad de esos ingresos. Esta vez sí
La feria de arte contemporáneo de Madrid recoge obras que dialogan con el legado del pintor malagueño, en una edición que privilegia la pintura joven y las piezas históricas, y a la que han regresado los precios millonarios
Febrero se ha convertido en el mes en el que la capital acoge casi una decena de propuestas paralelas, además de la inauguración de exposiciones en los principales museos de la ciudad
El diseñador jienense ha escogido su color insignia, el rojo de los claveles, junto con el azul ‘klein royal’ para dotar de fuerza el uniforme de los miembros del estand, unas prendas continuistas de su última colección, inspirada en la Edad Media
El artista triunfa en el mundo con sus criaturas de ojos amables y conciencia crítica. Trabaja en solitario y a mano, entre lo real y lo virtual. Desde su estudio de Gijón, habla de la gran obra que ha creado para el stand de EL PAÍS en Arco
Un documental que rompió barreras en la Caracas de los ochenta y permanecía inédito ve ahora la luz en la exposición inaugural del archivo LGTBI Arkhé de Madrid
Nada es tan inocente ni tan sencillo como parece en la obra del artista invitado al espacio de EL PAÍS en Arco, que ha conquistado el mercado con sus animales
Este madrileño, cuyos proyectos estiran los límites del arte, la crítica y la controversia, explica por qué cambió el blanco aséptico e indoloro habitual de las pasarelas por un pringoso paisaje de barro