RESUMEN ANUAL | LIBROS

Los 50 mejores libros de 2020

‘Un amor’, de Sara Mesa, es la obra más destacada en una votación en la que han participado 100 críticos, escritores y periodistas. La propia autora analiza las claves de una novela que busca el “desconcierto”

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Cuando los arqueólogos del futuro encuentren un fósil digital con un enlace a los mejores libros de 2020 según Babelia, sabrán que en el gran año de la covid ningún libro sobre la pandemia se coló en el palmarés pero triunfaron títulos que retratan bien la sociedad del momento. Por un lado, el reconocimiento de la literatura escrita por mujeres es rotundo: las novelistas y poetas ocupan seis de los primeros diez puestos de la lista, incluido el principal, que es para Sara Mesa con Un amor. Por otro lado, La era del capitalismo de la vigilancia, de Shoshana Zuboff, sobresalió en meses en que —por ocio, por negocio y por telenegocio— nos volcamos en la vida digital mientras Los europeos, del inglés Orlando Figes, y Otoño, de la escocesa Ali Smith, hicieron lo propio en el año en que se consumó el brexit.

Oportunamente, el Madrid de Andrés Trapiello retrata la historia pasada de una ciudad que vivió semanas desbordada por el coronavirus mientras la salida de Poeta chileno, de Alejandro Zambra, coincidió con el jubiloso referéndum constituyente en Chile. Por su parte, Las malas, de Camila Sosa, y Casas vacías, de Brenda Navarro, serían, desde la ficción, buenas lecturas complementarias para el debate feminista sobre transexualidad y maternidad. Finalmente, la ciencia ficción filosófica de Ted Chiang en Exhalación serviría para evadirse —es un decir— de un mundo en el que, como en M. El hijo del siglo, un novelón sobre Mussolini, cada día se usa más la palabra fascista. Para todo los demás, es decir, lo que queda del año: Rachel Cusk, o sea, Despojos. Por Javier Rodríguez Marcos.

1. Un amor
Sara Mesa
Anagrama

Por Sara Mesa.

Decía mi admirada Flannery O’Connor que pedirle a un escritor que hable de su escritura es como pedirle a un pez que dé una conferencia sobre natación. A menudo, cuando me preguntan por el sentido de mis libros, por cuestiones interpretativas o compositivas complejas, recuerdo esta afirmación y, si no fuese porque resulta maleducado, diría, con toda mi humildad y sinceridad: “Yo qué sé”. Apelar al misterio de la escritura puede sonar un poco místico —y quizá sea una manera de escurrir el bulto—, pero admitamos al menos que sí hay una buena dosis de misterio en la génesis de un libro, como la hay en el fenómeno de su lectura, tan imprevisible.

Un amor es una novela misteriosa para mí. Surge, de hecho, de un sueño recurrente —con toda la ambigüedad que conlleva el mundo onírico—, de historias escuchadas hace muchos años y de imágenes que me asaltaron de pronto, sin explicación aparente —goteras en una casa, un perro atado a una estaca, el sonido de la lluvia en el tejado de un cobertizo, una mujer espiando los movimientos de la furgoneta de un hombre—. Con todo eso, hace años, empecé a construir una historia que no sabía bien dónde me llevaba. Tardé mucho y cometí muchos errores, aunque también algún acierto que me impedía desistir y tirarlo todo a la basura. Cogí y solté la novela varias veces, entre medias escribí otras cosas. En mi editorial tuvieron una paciencia infinita conmigo, puesto que un día lo veía claro y al siguiente pedía que se olvidaran de lo dicho —­gracias, Jorge Herralde, Silvia Sesé, Isabel Obiols, por no matarme—. Al final, después de dar muchos rodeos absurdos, llegué a una especie de calma resignada, una especie de paz. Qué novelita enclenque, pensé, pero al mismo tiempo, para animarme, me agarré a una de las reflexiones de la protagonista: “No se llega al blanco apuntando, sino descuidadamente, mediante oscilaciones y rodeos, casi por casualidad”.

Y luego, casi por casualidad, esta novelita enclenque empezó a engordar; es decir, a ser leída, interpretada, compartida, amada y seguramente odiada. Sentí sorpresa y agradecimiento ante tantas lecturas —la ramificación de mi trabajo—, aunque también el famoso síndrome del impostor, de la farsante, pues este 2020, tan complicado y duro por muchas razones, ha sido también un año de excelentes libros.

Un amor no es una novela de amor y sin embargo se titula así porque amor es la palabra más manoseada del mundo. La confusión que origina el título, la posible decepción o desconcierto que ocasiona en los lectores, es buscada. Si en los grandes almacenes colocaran el libro en el apartado de novela romántica, me sentiría muy feliz, porque sería como activar una pequeña bomba en sus anaqueles. Entonces, si no se trata de un amor convencional, ¿a qué amor me refiero? ¿Qué significa este título?

En relación con el significado de los sueños, Eugène Ionesco decía: “La mayor parte de las personas, cuando intentan contar sus sueños, los interpretan, los explican, los hablan, intervienen. El sueño es una historia o una situación que se debe contar de la manera más desnuda o que solo se debe describir. No se deben contar los sueños, hay que intentar describirlos; el sueño no es discurso, es imágenes”. Yo me agarro a esta dualidad discurso/imagen del mismo modo que a la idea del pez conferenciando sobre natación. No deseo inmiscuirme en una labor que no me corresponde. Quizá no es mi papel ofrecer interpretaciones ni respuestas tajantes como quien desvelara la solución de un acertijo. Escribí Un amor como quien emprende una búsqueda y así me gustaría que fuese leído..


2. La madre de Frankenstein
Almudena Grandes
Tusquets

Almudena Grandes es un alud sentimental y narrativo. Y si La madre de Frankenstein es el mejor de sus Episodios de una guerra interminable algo tendrá que ver el hecho de que en los personajes femeninos se perfilan mujeres decididas (para bien o para mal), de independencia intelectual contrastada, que no titubean para ser lo que soñaron. Y ahí está la enfermera María y hasta la parricida Aurora Rodríguez Carballeira y su víctima, su hija Hildegart, diseñada para ser arquetipo de la nueva mujer republicana. La identificación emotiva es fuerte, sensación que refuerza Germán, psiquiatra que regresa a España para trabajar en un manicomio de mujeres, espacio-tiempo donde reflejar el terror con el que el nacionalcatolicismo pintaba los pardos años cincuenta. El resto, pura marca Grandes: buenos diálogos y mejores tramas, destilados con menos alambiques. Grandes ha dejado, como nunca, jirones de piel (personal, literaria) en este monstruo.. Por Carles Geli.


3. Los europeos
Orlando Figes. Traducción de María Serrano Giménez
Taurus

Lo que Orlando Figes hace en Los europeos es reconstruir las líneas maestras que permitieron que, hacia 1900, en el Viejo Continente la gente leyera los mismos libros, escuchara la misma música o disfrutara de las mismas obras de arte, que fijarían además el canon de la alta cultura. El historiador sigue las vidas del escritor Iván Turguénev y de la cantante y compositora Pauline Viardot, que tuvieron una larga e íntima relación, y del marido de esta, Louis Viardot, crítico de arte y periodista, para mostrar cómo con la expansión del ferrocarril se produjo una primera globalización que instauró hábitos cosmopolitas. El libro levanta un apasionante siglo XIX que revela la enorme ebullición de ideas y de iniciativas creativas que marcaron las vibrantes y complejas señas de identidad de Europa. Por José Andrés Rojo.


4. Confía en la gracia
Olvido García Valdés
Tusquets

Hay algo vivo y a la vez mineral en los nuevos poemas de Olvido García Valdés (Asturias, 1950). Por eso al releerlos nunca están donde los dejamos; crecen e inquietan. ¿Qué es? ¿La respiración? ¿El deseo? ¿La soledad exigente con que enlazan sensorialidad y extrañeza para explorar cada pliegue? Se entretejen en ellos lecturas y animales, generaciones diversas en fiestas con globos, memoria, fantasmas, música, tiempo, luz. Forma y tonos libérrimos en los que caben el 15-M, el Brexit y la convicción de que envejecer es bueno. Líneas de un diálogo interior que ocurre en ráfagas de intensidad, cuando alguien con mucho visto y sentido elige confiar en lo benigno para encenderse e invitarnos: “… toma / el mundo por cuerpo, decía, como un ciego / el bastón, respira ahí como si fueras todo…”. Por Raquel Garzón.


5 . No digas nada
Patrick Radden Keefe. Traducción de Ariel Font Prades
Reservoir Books

Está construida como una novela de misterio que trata de revelar quién estaba detrás de un famoso crimen sin resolver, pero la investigación periodística de Patrick Radden Keefe, basada en un centenar de entrevistas y numerosas consultas a archivos y viajes, va mucho más allá. No digas nada aplica una bien medida fuerza narrativa a la enmarañada historia política reciente de Irlanda del Norte y mete de lleno al lector en el drama de los Troubles, del que cabría pensar que se ha escrito ya más que suficiente. Y, sin embargo, el reportero de The New Yorker demuestra en este libro que la historia late bajo la paz, que hay un relato abierto en aquella herida, que las mejores intenciones con las que, por ejemplo, se creó un archivo oral en una universidad para reconstruir la historia de los terroristas pueden llevar a imprevisibles consecuencias legales, y que las víctimas de un conflicto de más de medio siglo son todos o casi todos. El secuestro y asesinato de una viuda y madre de 10 hijos, Jean McConville, en 1972 en Belfast —que nunca acabó de estar claro, ni siquiera cuando apareció su cuerpo más de 30 años después—, permite a ­Radden Keefe desenterrar un trágico relato. Y en los claroscuros de esa historia surgen preguntas que no solo atañen a por qué se llevaron a McConville y quién disparó la pistola, sino por qué una joven como la implacable Dolours Price entraba en una banda terrorista, hasta qué punto admitir un error significa quitar el sentido a toda una vida dedicada a una lucha y si un líder capaz de forjar la paz es un traidor o un héroe con rasgos de sociópata. Por Andrea Aguilar.


6. El hijo del chófer
Jordi Amat
Tusquets

Alfons Quintà fue un asesino, un tipo profundamente malvado. Sin embargo, se convirtió también en uno de los periodistas más importantes de Cataluña pese a que sus maltratos y acosos eran un secreto a voces. Con este personaje siniestro, Jordi Amat ha construido un libro magnífico en la estela abierta por autores como Emmanuel Carrère. A través de la figura de Quintà, El hijo del chófer se convierte en un retrato de la Cataluña contemporánea, pero sobre todo de los juegos de poder capaces de aupar hasta la cima social a un personaje de esta categoría humana. En ese sentido, se trata de un libro que se eleva por encima del momento que describe para convertirse en un relato universal sobre la maldad y el poder. Por Guillermo Altares.


7. Las maravillas
Elena Medel
Anagrama

Empezar a leer Las maravillas es meterte en un túnel de acero frío en el que las voces que la escritora cordobesa Elena Medel entrelaza son las de todas las mujeres. En el personaje que protagoniza el libro, pero del que es también su gran ausente, se condensan las desgracias económicas de la España de los últimos 50 años: el abandono, el ascenso social truncado. La lucha feminista va abriéndose paso en la sociedad y en el libro. Pero el 8 de marzo de 2018, cuando el feminismo se instaló en la conciencia de muchos españoles, la vivencia radicalmente opuesta de los otros dos personajes principales de Las maravillas condensa el sentido del relato. Qué doloroso y qué bien narrada la primera novela de la poeta Elena Medel. Por Carmen ­Pérez-Lanzac.


8. Exhalación
Ted Chiang. Traducción de Rubén Martín Giráldez
Sexto Piso

Con una exquisita e incisiva prosa alegórico fantástica, Ted Chiang (Nueva York, 53 años), el multipremiado orfebre de lo galáctico especulativo que hay detrás de la historia de La llegada, la película de Denis Villeneuve, reflexiona sobre la relación entre humanidad y tecnología en esta su segunda antología de relatos en 30 años. Convencido de que todo relato de ciencia-ficción puede ser un tratado filosófico, Chiang se aproxima a aquello que nos hace humanos —la memoria y sus borrosos límites narrativos, una inevitable y dolorosa empatía hasta por lo que finge estar vivo— desde la humildad del apasionado escritor de género que ha hecho de su obra pura literatura. Por Laura Fernández.


9. A corazón abierto
Elvira Lindo
Seix Barral

A corazón abierto es la expresión radical de las mejores virtudes de la memoria. Elvira Lindo recuerda como si estuviera pintando al natural lo que vio en las distintas épocas de su vida y lo estuviera pintando con todos los colores, con la música precisa, con el atrevimiento que dan el amor, la nostalgia y también la rabia de haber visto de cerca, y haber sufrido, los dolores y los vacíos que anidan en lo hondo de lo inolvidable. Asombrada aún por lo que vivió en la infancia, abraza a quienes compartieron con ella también los resplandores oscuros. El resultado es un cálido recuento de la vida y no resulta extraño que haya sido además una puerta para que miles de lectores hayan sentido que ella escribe también de la vida de cada uno de ellos. Por Juan Cruz.


10. pequeñas mujeres rojas
Marta Sanz
Anagrama

Cierra Marta Sanz con esta novela una trilogía negra que estira, rebasa y manipula los límites del género para ir mucho más allá. Esta última entrega es una carta de denuncia contra el olvido de la injusticia, un wéstern asfixiante, una historia coral sobre los efectos del silencio en la que hasta las voces de los muertos están impecables. Una novela necesaria que describe la violencia, sobre todo contra las mujeres, con un lenguaje propio, crudo y sin tópicos. Ni el mismo detective Zarco, visto aquí por los ojos de las mujeres de su vida, podría imaginar una despedida mejor. Por Juan Carlos Galindo.


11. La era del capitalismo de la vigilancia
Shoshana Zuboff. Traducción de Albino Santos Mosquera
Paidós

Cada vez que usamos Internet cedemos inconscientemente parte de nuestra soberanía personal a un poder opaco, sin límites legales y sin fronteras geográficas. La socióloga Shoshana Zuboff, profesora emérita de la Harvard Business School, ha puesto nombre a ese fenómeno en un libro de casi 1.000 páginas llamado a marcar época y a bautizar una era: el capitalismo de la vigilancia.


12. Despojos
Rachel Cusk. Traducción de Catalina Martínez Muñoz
Libros del Asteroide

Consagrada con la trilogía formada por A contraluz, Tránsito y Prestigio, la autora canadiense da un giro a su obra con su particular distanciamiento de la ficción, Despojos, donde narra con crudeza y lucidez el naufragio de su matrimonio.


13. Sontag
Benjamin Moser. Traducción de Rita Da Costa
Anagrama

Después de triunfar con su biografía de Clarice Lispector, Benjamin Moser se atrevió con uno de los grandes iconos de la intelectualidad del siglo XX: Susan Sontag. Las acusaciones de que la escritora había ocultado su homosexualidad y apoyado tibiamente la causa feminista desataron una polémica que contó con un bálsamo particular: el premio Pulitzer.


14. Poeta chileno
Alejandro Zambra
Anagrama

En esta novela hay de todo: relaciones familiares alejadas del canon y eso que llaman nuevas masculinidades, ambiciones personales y literarias y una defensa de —puro Zambra— la inmadurez. En este libro, bienhumorado pero profundo sin pretenderlo, hay de todo, hasta poesía.


15. Otoño
Ali Smith. Traducción de Magdalena Palmer
Nórdica

La escocesa Ali Smith ha escrito una novela titulada como cada una de las estaciones del año y el resultado es uno de los grandes frescos narrativos de la literatura británica actual. Con las dosis justas de humor y mala uva, Smith retrata el Reino Unido posterior al referéndum sobre el Brexit.

16. Las malas
Camila Sosa Villada
Tusquets

Con su relato —en parte autobiográfico— sobre la cruda vida de un grupo de travestis en la ciudad argentina de Córdoba, Camila Sosa se ha alzado este año con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a la mejor novela escrita en 2020 por una mujer. Una crónica de la incomprensión y el desamparo escrita a sangre y fuego, sin medias tintas.


17. M. El hijo del siglo
Antonio Scurati. Traducción de Carlos Gumpert Melgosa
Alfaguara

Ahora que la palabra “fascista” se usa para casi todo, he aquí una novela (sin ficción) oportunísima para conocer a uno de los padres de la criatura: Benito Mussolini. A lo largo de 800 páginas, con las que su autor ganó el Premio Strega en 2019, asistimos a un retrato impecable de los turbulentos albores del siglo XX.


18. Como polvo en el viento
Leonardo Padura
Tusquets

Convencido de que ya resulta imposible retratar la realidad cubana sin tener en cuenta a la Cuba peregrina, Leonardo Padura se lanza a contar las vidas cruzadas de un grupo de exiliados en distintas partes del mundo. Empezando, por supuesto, por Miami. Y por la propia La Habana. Una foto colgada en Facebook desata la intriga y la pregunta catedralicia por el momento en que la isla se fue al traste para parte de sus habitantes.


19. Madrid
Andrés Trapiello
Destino

Como casi todos los madrileños, Trapiello no nació en Madrid, sino en León. Llegó a la capital en 1975 y en este libro recorre tanto su vida como la de unas calles cargadas de literatura, pero a las que les faltaba un libro total como este. Muy bien ilustrado y escrito con el desparpajo habitual de su autor, este Madrid mezcla magistralmente historia y memoria.


20. Casas vacías
Brenda Navarro
Sexto Piso

Una mujer pierde a su hijo mientras jugaba en el parque. Otra mujer roba a un niño en un parque. Ese es el punto de partida de esta novela, armada por la escritora mexicana Brenda Navarro tejiendo magistralmente los, a veces delirantes, luminosos a veces, monólogos de esas dos mujeres. La maternidad y la precariedad contadas sin tapujos.


21. Panza de burro
Andrea Abreu
Barrett

La irrupción literaria de Andrea Abreu (Tenerife, 24 años) se titula Panza de burro (Barrett) y es una historia de amistad de dos niñas de 10 años en las vacaciones escolares de 2005. Es un libro sobre la infancia escrito como si fuera un juego, sin atender a las correcciones más básicas, las ortográficas. Algo así como el Verano azul de la generación Z.


22. Filosofía y consuelo de la música
Ramón Andrés
Acantilado

Filosofía y consuelo de la música es un tratado de 1.164 páginas sobre la historia del “pensar transformado en música”, de los presocráticos a la Ilustración. “El contrapunto”, dice Ramón Andrés, “son las referencias al consuelo que esta produce. Quizá sea el arte que más interviene en el ánimo. Y, por tanto, el que más consuela”. Empleó tres años en su escritura (2016-2019), aunque parece fruto de una dedicación de décadas.


23. Una tierra prometida
Barack Obama. Traducción de Francisco José Ramos Mena / Efrén Del Valle Peñamil / Marcos Pérez Sánchez / Carmen Cáceres / Andrés Barba
Debate

En el primer tomo de su biografía, el expresidente estadounidense relata su vida desde su entrada en política hasta su decisión más comprometida como presidente: matar a Bin Laden. La lectura de estas memorias sería desgarradora si Trump hubiera ganado otra vez el pasado 3 de noviembre. Las nuevas circunstancias confirman la sentencia de Martin Luther King, con tanta frecuencia citada por Obama: “El arco del universo moral es largo, pero tiende hacia la justicia”.


24. Una mujer
Annie Ernaux. Traducción de Lydia Vázquez Jiménez
Cabaret Voltaire

En este libro la escritora describe cómo la fuerza y la luz de su madre se demacran poco a poco con la demencia en un relato biográfico y de reflexión. En la limpieza difícil de cada página habita una verdad y la convicción de que con las palabras se puede conjurar el dolor, porque Una mujer es un libro de duelo: “Escribo sobre mi madre para, a mi vez, traerla al mundo”.


25. Fin de temporada
Ignacio Martínez de Pisón
Seix Barral

En Fin de temporada, donde las grandes cosas ocurren en los lugares pequeños, ser feliz es abandonar a los tuyos: los personajes deciden separarse cuando más profundos son los vínculos que los unen, y unirse cuando empezaban a entrever la promesa de otra vida mejor.


26. Boulder
Eva Baltasar
Literatura Random House

Las protagonistas de Boulder, segunda entrega de la trilogía que inició Eva Baltasar con Permafrost, son mujeres que no están programadas para la felicidad de manual. Antes de ser novelista, Baltasar es poeta. Y esto se nota. En Boulder la escritura es una operación antes lírica que narrativa. Pero la historia está. Duele y nos hace sonreír.


27. La guerra de los pobres
Eric Vuillard. Traducción de Javier Albiñana
Tusquets

El relato de Éric Vuillard sobre la Reforma protestante en tiempos de Thomas Müntzer es una denuncia del descontento colectivo, la mezquindad del poder y la turbidez del liderazgo. Y lo hace con la historia como subterfugio para escrutar la siniestra condición humana iluminando nuestro convulso presente.


28. El consentimiento
Vanessa Springora. Traducción de Noemí Sobregués Arias
Lumen

Vanessa Springora torpedea el cinismo con el que aún se encubre la pederastia en el libro en el que relata su relación con el escritor Gabriel Matzneff cuando tenía 13 años. Springora acusa a la sociedad francesa de dejadez, de mirar hacia otro lado en su caso porque el sujeto en cuestión era un escritor de culto y eso le funcionaba como un escudo protector.


29. La hija única
Guadalupe Nettel
Anagrama

Guadalupe Nettel abre la maternidad al mundo, la libera del mandato social y la deja volar por espacios solidarios: cuando una madre cae exhausta, otra acude a recogerla. Para Nettel, la maternidad está en el punto de mira de su texto tomando como eje de la narración la experiencia de Alina, una mujer a la que anuncian que el feto que crece en sus entrañas sufre de microlisencefalia y no soportará el nacimiento.


30. A propósito de nada
Woody Allen. Traducción de Eduardo Hojman
Alianza

A propósito de nada empieza como una confesión inicial confusa, valga la aliteración. Woody se declara sin ambages neurótico e impermeable a la cultura. Los lectores no corren el riesgo de aburrirse. La autobiografía discurre por territorio Groucho Marx. El mejunje, ligero, jovial, con fogonazos de sosa cáustica, incluye sátira moderada de familiares y meteduras de pata espectaculares. La autobiografía tiene un fondo expiatorio que se explica por el intenso interés en abordar el desdichado episodio de la acusación de abuso sexual perpetrado sobre Dylan, la hija de Allen y Mia Farrow.


31. Simón
Miqui Otero
Blackie Books

La gracia del libro está en el cuidado con que cada personaje se hace cargo de sí mismo y sus flaquezas, sus complejos, sus miedos, todos sometidos a una historia mayor que se expresa con sutileza, con alarmas y avisos sueltos bien diseminados: el rumor de caída y hasta desplome de una ciudad, Barcelona, metida en la crisis de 2018 desde las alturas festivas y frágiles de 1992.


32. El silencio
Don DeLillo. Traducción de Javier Calvo
Seix Barral

Miedo al sinsentido de la nada, inteligencia y un puñado de palabras conforman un texto frío, afilado como una cuchilla, de leve apariencia. Si la función de la literatura ha de ser la de crear un escenario completo donde hacerse preguntas cuyas respuestas no puede encontrar, nos parece evidente que El silencio es literatura en estado de gracia.


33. La rama verde
Eloy Sánchez Rosillo
Tusquets

En 2006, Eloy Sánchez Rosillo (Murcia, 1948) recibió el Premio de la Crítica por La certeza, editado en Tusquets, igual que La rama verde, su última entrega. En 2018, la misma editorial reunió en Las cosas como fueron toda su poesía escrita desde 1974, cuando era un poeta elegíaco, claro, sereno y leopardiano en un tiempo dominado por el vanguardismo de los novísimos. Fiel a su voz, entrega ahora uno de sus mejores libros, una reflexión sobre el paso del tiempo que se cierra con la nostalgia de la “rama aún verde de la infancia”, en la que, pese a todo, todavía “canta un jilguero”. Poesía y sabiduría.


34. Clima
Jenny Offill. Traducción de Eduardo Jordá
Libros del Asteroide

Tras el éxito de ‘Departamento de especulaciones’, Jenny Offill regresa con ‘Clima’, que habla con ritmo sincopado, y una mirada curiosa e inquieta, de previsibles catástrofes meteorológicas, a través de una madre de familia, bibliotecaria de un campus en Brooklyn que acaba trabajando en un podcast sobre el cambio climático..


35. El fin del amor
Eva Illouz. Traducción de Lilia Mosconi
Katz

Eva Illouz (Fez, 1961), conocida como la “socióloga de los sentimientos”, es autora de importantes ensayos como El amor y las contradicciones culturales del capitalismo, Erotismo de autoayuda o Por qué duele el amor. Ahora, en El fin del amor, indaga las condiciones sociales y culturales que hay detrás de lo que ha llegado a ser una característica común de las relaciones sexuales y románticas contemporáneas: el acto de abandonarlas.


36. Contra la igualdad de oportunidades
César Rendueles
Seix Barral

El libro de César Rendueles, que él mismo asume que tiene tono y voluntad panfletaria, es decir, de soflama para incitar a la acción, es una defensa de los valores igualitarios con el objetivo de lograr “una sociedad ilustrada, libre y fraterna”. En él, denuncia las estrategias que, en nombre de la libertad individual, perpetúan la desigualdad y sus derivados: del fracaso escolar a la violencia social.


37. Economía de lo que no se pierde
Anne Carson. Traducción de Jeannette L. Clariond
Vaso Roto

La autora canadiense Anne Carson (Toronto, 1950), reciente ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020, ha construido desde el mundo grecolatino una poesía en la que “la vitalidad del gran pensamiento clásico funciona a la manera de un mapa que invita a dilucidar las complejidades del momento actual”, según el jurado del galardón. En este ensayo ofrece varias lecturas sobre algunos de los poemas más relevantes de Simónides de Ceos, el primer poeta que cobró por sus versos, junto a los del rumano Paul Celan, judío superviviente del Holocausto.

38. Deprisa
Jorie Graham. Traducción de Rubén Martín.
Bartleby

Dueña de una de las obras más poderosas de la poesía norteamericana —ya conocíamos La errancia (2007) y Rompiente (2014)—, Jorie Graham (Nueva York, 1950) es brillante y compleja, pero nunca afanosamente ininteligible. Graham toca las cosas hasta que se rompen, es su modo de verlas, en un libro que reacciona contra la descosificación y la erosión humana.


39. La forastera
Olga Merino
Alfaguara

La forastera se plantea varios desafíos. El más preciado de todos, evitar el ruralismo, aun cuando la novela transita ese paisaje porque habla de una mujer que se retira a un pueblo del sur en el que es vista con sospecha. Y sobre todo hay un tour de force del que Merino sale intacta, reforzando su estatura narrativa. La autora deja señales de su arte narrativo con una historia turbia y un dibujo humano de personajes que no tienen desperdicio.


40. No entres dócilmente en esa noche quieta
Ricardo Menéndez Salmón
Seix Barral

Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971) firma sin duda su libro más personal. También el más comprometido. Tomando el título de unos famoso versos de Dylan Thomas, el escritor asturiano procede a una inmersión autobiográfica en torno a la figura de su padre, enfermo desde que él era un niño de corta edad. En torno a esa figura y a las consecuencias diseminadas en su propio interior. Así, ajusta cuentas con su progenitor y consigo mismo en una descarnada indagación sobre la fragilidad de las relaciones familiares.


41. Voyager
Nona Fernández
Literatura Random House

La chilena Nona Fernández aglutina en Voyager los temas fundamentales de su obra: la historia de Chile y la memoria de las víctimas de la dictadura. La autora vuelve una y otra vez a ese periodo no para instalarse en el pasado sino para revelar el modo en que su luz sigue guiando nuestro presente: ya sea en la forma crítica de eso que llamamos memoria histórica, ya sea en la forma acrítica de una herencia a la que no ponemos nombre porque la aceptamos como algo natural. Suele ocurrir cuando un dictador muere de viejo en su cama.


42. Amor intempestivo
Rafael Reig
Tusquets

El primer proyecto estrictamente autobiográfico de Rafael Reig, era algo previsible: casi una consecuencia lógica de su escritura, aunque se haya hecho esperar. Y el resultado es tan satisfactorio, tan decantado en las dosis exactas de ironía, humor, tristeza, amargura y empatía, que el lector siente que ha jugado a su favor el paso del tiempo. La maravilla de este libro, un doloroso drama familiar articulado como novela de aprendizaje, está en la ausencia de victimismo.


43. Ariel
Sylvia Plath. Traducción de Jordi Doce
Nórdica

Todo en este libro parece una preparación para la muerte en general y para el suicidio en particular, al que se alude como pasado: “Aquella vez me habría suicidado a gusto, de una manera u otra…”, pero también como futuro: “… Solo tengo treinta años… / Morir es un arte como todo / y yo lo hago excepcionalmente bien”. Hay un raro equilibrio en Ariel. Quizás proceda de una absoluta falta de miedo y de un sentimiento profundo de liberación ante la idea de darse muerte a una misma.


44. Ensayo sobre lo que no se ve
Enrique Lynch
Abada

En Ensayo sobre lo que no se ve, el filósofo Enrique Lynch recorre la historia de las imágenes atendiendo a la evolución de la percepción, desde las pinturas prehistóricas hasta las fotografías de Jeff Wall. El ensayo es iluminador (es difícil soltarlo, cada capítulo ensarta una y otra clase magistral) pero ¡qué contra-tiempo!, es también el rayo verde de nuestro ocaso cultural-patriarcal tal y como lo clausuró el siglo XX.


45. Las voladoras
Mónica Ojeda
Páginas de Espuma

‘Slasher’ y ‘Caninos’ son dos excelentes cuentos de Las voladoras que invitan a taparse los ojos con la mano. Dan calambre. Hay que atreverse a leer a esta sabia escritora ecuatoriana de ambición telúrica. Un clima de mal sueño impera en relatos que expresan una dañada vivencia de mujer a través de la exploración lingüística. Se retuercen sensaciones y códigos como reflejo de la violencia, la contractura histórica, económica y cultural padecida por los cuerpos de la mujeres desde tiempos inmemoriales.


46. The Paris Review. Entrevistas (1953-2012)
Varios autores. Traducción de María Belmonte, Javier Calvo, Gonzalo Fernández Gómez y Francisco López Martín.
Acantilado

La revista The Paris Review convirtió la conversación en un género literario. De William Faulkner a Javier Marías, pasando por Nadine Gordimer o Margaret Atwood, este libro recoge ahora 100 de esos míticos encuentros con escritores. Como los buenos clásicos, estas largas conversaciones no suenan caducas ni están estancadas en el tiempo. En el apartado de literatura en español, el volumen incluye también encuentros con Mario Vargas Llosa o Javier Marías.


47. Una violencia indómita
Julián Casanova
Crítica

No tuvo por qué ser así el sangriento siglo XX europeo. No fue inevitable el Holocausto, ni el terror estalinista, ni el genocidio de los armenios, ni las masacres en Yugoslavia. Tras esos fenómenos había circunstancias favorables al desastre, sí, pero también personas que decidían y élites que apostaron por las soluciones equivocadas. Es el siglo de la “brutalización” de la política y de la guerra. El historiador Julián Casanova disecciona en Una violencia indómita: El siglo XX europeo quiénes y cómo gestaron ese odio, esas matanzas, esos sistemas totalitarios, esa represión militar o paramilitar.


48. Historia de la imaginación
Juan Arnau
Espasa

Se propone Juan Arnau (Valencia, 1968) recorrer en su Historia de la imaginación. Del antiguo Egipto al sueño de la ciencia los momentos más altos de fertilidad mitológica, filosófica y científica, aunque básicamente se ocupe del pensamiento mítico, mágico o mistérico. “Magia e imaginación han ido siempre de la mano”, dirá celebrando a los neoplatónicos renacentistas y señalando al todavía influyente cientifismo decimonónico como principal enemigo de la imaginación.


49. El peón
Paco Cerdà
Pepitas

Los apasionantes perfiles de Bobby Fischer y Arturo Pomar, dos genios encumbrados por los Gobiernos de sus países, y abandonados después cuando necesitaban ayuda, encarnan bien las miserias y grandezas de Estados Unidos y España. Paco Cerdà toma como percha en El peón la primera partida entre ambos ajedrecistas, en 1962, y sobre ella cuelga historias impactantes de otros peones tan desdichados como necesarios para el progreso del mundo..


50. Barrios, bloques y basura
Julia Wertz. Traducción de Regina López Muñoz
Errata Naturae

La autora de Barrios, bloques y basura es Julia Wertz, una inquieta ilustradora nacida en San Francisco hace 38 años que vivió entre los 24 y los 34 en Nueva York, sin dinero pero con tiempo. El volumen es el resultado de los paseos interminables que dio por la ciudad, tras los que compuso este libro de ilustraciones que viaja por el pasado y el presente de la Gran Manzana. En él recoge la transformación de los rótulos y los carritos que venden pretzels, pero también la de la red de metro o la limpieza de la ciudad: durante casi todo el siglo XIX, hasta que se creó el departamento de limpieza en 1881, Nueva York fue un vertedero.



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