
El ‘cowboy’ existencial
La inevitabilidad del fin, y de lo que viene después (o no), expuesta por un personaje ficticio aunque confundido con su intérprete, Harry Dean Stanton

Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

La inevitabilidad del fin, y de lo que viene después (o no), expuesta por un personaje ficticio aunque confundido con su intérprete, Harry Dean Stanton

A los directores, como ya demostraron en la felizmente cafre 'Vacaciones', se les nota mano para el gag esporádico, pero el devenir de la historia principal les importa poco

Acusa unas demasiado visibles carencias para el tempo cómico, el dinamismo secuencial y la escritura de situaciones que lleven a la risa

A través de la imponente figura de Jean-Pierre Léaud, el director ha compuesto una película que, siendo una impagable reflexión sobre la creación artística, nunca pontifica

Tradición y modernidad en continua pugna, aunque entrelazadas como los dedos de dos personas que se aman, que saben mirarse a los ojos y comprender lo que hay dentro

La comedia no engaña, pero está muy lejos de sorprender por el convencionalismo en la puesta en escena de su director y un guion mejor dialogado que pergeñado

Nace desestabilizada por su propio dispositivo, como si su escrupuloso sentido del orden la hubiera acabado arrastrando hasta el caos

Lo que quiere el director es fanfarronear, exasperar, epatar. Eso sí, con el más absoluto vacío

La película juega bien la carta de la doble metáfora, la de una persona suspendida en el espacio y en el tiempo, y la de una isla y sus ideales

Sencilla, directa a pesar de su simbolismo, ya desde el título, y profundamente honesta

Acude a buena parte de los arquetipos del subgénero, pero es sincera y nunca les tiene miedo, incluso al paralelismo del amor no correspondido y al cliché de la novela guía

En la ciudad colombiana el asesinato sale barato, entre las sutiles pero contundentes denuncias de corrupción policial y judicial

El director y guionista reflexiona sobre la vergüenza de huir, de dejar atrás a los tuyos, y sobre las terribles situaciones en las que no caben la solidaridad y el heroísmo

Christian Gudegast, hasta ahora guionista de dos extraños productos con apariencia de serie B pero con estrellas parece haber estudiado a fondo 'Heat' para imitarla

Lo que comenzó siendo una nueva versión de la intocable 'Cuentos de Tokio' ha acabado, dos películas después, con un anciano machista y faltón conduciendo por la ciudad

Ai Weiwei, a pesar de sus evidentes ambiciones, se queda en tierra de nadie, como sus criaturas, con este documental

El filme se mueve, como una de sus criaturas, en aguas tan turbulentas que sale escaldada de sus excesivas ambiciones

La película es nefasta cuando se deja llevar por la chanza zafia que contarían sus personajes

La película es una estupenda reflexión sobre la vanidad de los intérpretes

Es, como las canciones de su protagonista, una película vital, atmosférica, onírica y sujeta a continuos cambios

El trabajo de Will Gluck y sus ayudantes es brillantísimo en lo técnico y notablemente eficaz en lo expositivo

Joachim Trier lega un puñado de imágenes imborrables, de esas de erizar la piel, mientras reflexiona sobre la perdurabilidad de lo ultrarreligioso en sociedades avanzadas

A los 64 años, junto a sus modos batalladores, Robert Guédiguian parece expeler una cierta desesperanza

La película es un volcán de nadería en medio de los destructores fuegos de artificio y de un par de subtextos clásicos en las películas de academia militar

Con cierto estilo visual y el mantenimiento del punto de vista en la figura del padre, Christian Carion, su director y guionista, conmueve, cautiva y se compromete

Una película de enorme belleza, donde José Díaz muestra eficacia a la hora de filmar y honestidad en el momento de transmitir sus sensaciones

Interesantísima parábola político social de Ziad Doueiri, que ha sido reciente candidata al Oscar a la mejor película de habla extranjera

En su primera mitad las variaciones sociales y la energía en la puesta en escena y el montaje la hacen despegar. Luego se torna convencional

Entre sus valores destaca su apuesta arriesgada, la fotografía de Aitor Mantxola y la partitura de Paloma Peñarrubia pero en su fondo se queda en tierra de nadie

Sigue fiel a unas coordenadas que la convierten en indistinguible de otras tantas películas animadas realizadas con técnica digital

En ambas piezas unidas para su estreno, el viejo, que no añejo, sabor de la narración de los cuentos infantiles encuentra el tono perfecto en una visualización

Otro cine de espías es posible

El documental aporta una visión quizá más virgen y menos lastrada por el peso de la cercanía

Repleta de carisma y poderío en sus interpretaciones, la película acaba interiorizándose casi en materia social y política

En modo alguno es una película despreciable, pero quizá sí fallida

Los autores han hecho algo sorprendente en el plano artístico arriesgado en el plano moral

La película no se parece a nada en el cine español

Este cuento moral de Sally Potter es una diatriba contra todo disfrazada de agilísima comedia negra

El documental mejora cuanto más sinceras y espontáneas son las situaciones, y es bastante más discutible cuando el discurso parece mascado

Es, como quiere ser, una película básicamente entretenida