El éxodo contemporáneo
Ai Weiwei, a pesar de sus evidentes ambiciones, se queda en tierra de nadie, como sus criaturas, con este documental
MAREA HUMANA
Dirección: Ai Weiwei.
Género: documental. EE UU, 2017.
Duración: 144 minutos.
A veces los esfuerzos de producción, los económicos y los físicos, pueden garantizar los objetivos de media película. Y más en una como Marea humana, documental del artista y activista chino Ai Weiwei sobre el trágico panorama contemporáneo en torno a los refugiados de todo el mundo. Sin embargo, queda la otra media, en la que ya poco tienen que ver la infraestructura, los dos años de trabajo y de preparación, los viajes por más de una veintena de países, las entrevistas a cientos de inmigrantes en busca de su lugar en el mundo, la calidad de los equipos técnicos y también de los humanos, los que deben lidiar con permisos, políticas e imponderables. Esa otra media película que concierne al arte y al periodismo; a su discurso y a su exposición; a lo que se muestra y a lo que se evita mostrar. Y ahí Weiwei, a pesar de sus evidentes ambiciones, se queda en tierra de nadie, como sus criaturas.
Desgraciados clásicos del éxodo global del siglo XXI como Lesbos, Idomeni, la frontera húngara, el muro de México y la llamada jungla de Calais; países tan distantes como Afganistán, Grecia, Siria, Bangladesh, México, Francia, Estados Unidos, Turquía y Kenia. En todos esos lugares han estado Weiwei y su equipo, con excesiva presencia en pantalla del artista chino, filmando la trágica situación del mundo actual. Y, casi como no podía ser de otro modo, las imágenes impresionan. Instantes que van reflejando la dignidad humana y la (falta de) solidaridad, el desconcierto y la lucha, la vida y la muerte, que se van mezclando en su estructura itinerante con titulares de periódico sobreimpresionados en la pantalla, con cifras oficiales y con versos de poetas de todo el espectro literario, junto a entrevistas a mandatarios y trabajadores de diversas organizaciones no gubernamentales.
Sin embargo, pese a la ingente labor de documentación y de producción, hay un evidente desequilibrio en Marea humana, variante documental del “convencer al convencido”, que nunca se introduce en las causas ni osa acercarse a terrenos pantanosos. De modo que hay que quedarse con la lucha individual, con la sobrehumana actitud de quien busca simplemente un trozo de tierra, entre el barro, la lluvia y las condiciones de hacinamiento. Eso, pese a quien pese, sigue siendo verdad, y sigue estando a nuestro lado. Y en eso Weiwei no miente.
Babelia
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