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En defensa del diseño feo
Begoña Gómez Urzaiz|
¿Y si el logo de los Juegos Olímpicos no fuese horroroso sino interesante? Un libro recoge trabajos que desafían lo visualmente aceptable
¿Y si el logo de los Juegos Olímpicos no fuese horroroso sino interesante? Un libro recoge trabajos que desafían lo visualmente aceptable
Existen diseños pensados en la división mucho antes del divorcio.
Se llama La Brocanterie y se encuentra en el Rastro de Madrid.
Un little black dress siempre queda bien, incluso cuando lleva cajones y sirve para guardar cosas dentro.
Resina, acero y fibra son suficientes para crear este capricho del diseño.
La fantasía del diseñador Marlies Romber une ecología y tecnología en este «sobremesa». No le falta detalle.