Kéré fuera de contexto

¿Puede la arquitectura de Francis Kéré funcionar en occidente sin necesidad de ser una pieza de museo?

Una de las grandes paradojas del burkinés Francis Diébédo Kéré, formado como arquitecto en Berlín, es que las escuelas y las clínicas que levanta en África contrastan con la exposición de su obra en museos que se hace en Occidente. La situación no deja de ser paradójica porque no es el trabajo lo que es distinto sino la función de los proyectos, lo que los distancia.

Con el patrocino de dos empresas, Vitra y Camper, es decir, al contrario de lo que le sucede cuando construye en África, sin tener que buscar el dinero para comenzar la construcción, Kéré y su estudio han diseñado -y construido- una tienda temporal (pop-up) para exponer los zapatos mallorquines en el campus alemán de Vitra en Weil am Rhein. En ese micromundo arquitectónico -con fábricas de Siza y Grimshaw, los primeros gehry y ando europeos, y el primer zaha hadid mundial-, la tienda temporal de Kéré ha ocupado el interior de la cúpula de Buckminster Fuller que posee la colección de Vitra. Así, empleado como foro para contar historias, durante los meses que se expone la muestra Making África en el museo del campus, la tienda de Kéré es una arquitectura de recursos, práctica e ingeniosa como todos sus trabajos. Lógicamente, ha dejado a un lado el barro con el que trabaja en África para emplear contrachapado: lo disponible en una fábrica de sillas que se inició, hace ochenta años, como factoría de vitrinas para exposiciones.

Sin embargo, más allá del valor de desubicar una idea, una técnica y una manera (más que un estilo) de trabajar para sopesar su valía en otros contextos, el trabajo de Kéré en este proyecto incluye otra paradoja: la construcción con pocos medios es más aparante que real. Esto obedece a que la tecnología (pantallas con información digital o un scanner que toma la medida del pie) es la verdadera protagonista de las mayores innovaciones de la tienda. Así, si la innovación no está en la arquitectura sino en la tecnología y si esta no precisa atrezzo para funcionar, la pregunta es si en esta intervención, original y sorprendente, del arquitecto burkinés no habrá logrado justo lo contrario de lo que hace en África: una ingeniosa arquitectura de lo innecesario.