Las historias que cuentan la metamorfosis de la Barcelona en estado de alarma
La pandemia de la covid-19 en el área metropolitana, que este lunes pasa a la fase 1, retratada por los periodistas de EL PAÍS
“¿Cómo suenan las calles de Barcelona?”, nos preguntamos por Semana Santa, durante los días que el confinamiento fue total. Los pájaros, el viento, las olas del mar, campanas y la presencia anecdótica de algunos coches y transeúntes protagonizaban un sonido ambiente que tendía al silencio total, roto solo por el aplauso diario a los sanitarios de las ocho de la tarde. Las imágenes, inimaginables meses atrás, muestran una Barcelona desierta solo vista en la película Los últimos días (2013), en la que también una pandemia ―en este caso ficticia― azota la ciudad.
En el día que el área metropolitana pasa a la fase 1 de la desescalada recordamos cómo los reporteros de EL PAÍS Cataluña han retratado una metamorfosis protagonizada por lo inédito, empezando por una bajada de la contaminación hasta los niveles del Cap de Creus o el Montseny.
La crisis sanitaria primero, y su derivada social y económica a continuación, nos han llevado a contar cómo Barcelona se enfrenta a la covid-19 y sus secuelas. Esta es la historia —en construcción, porque esto aún no se ha acabado— de la capital catalana en alerta, a través de una selección de lo publicado por los periodistas y fotógrafos del diario.
La lucha de los sanitarios
En uno de los momentos más críticos de la pandemia, entramos en la UCI del hospital Vall d’Hebron de Barcelona, la mayor de España, con 200 camas habilitadas. En el mismo centro, semanas más tarde, hablábamos con una madre que había dado a luz, enferma por coronavirus, que no recordaba ni que estaba embarazada. El Clínic de Barcelona convirtió quirófanos en UCI y medicalizó un hotel para atender el aluvión de casos de covid-19.
VÍDEO | “En la guerra no hay horarios. Aquí, tampoco”
“No recordaba que estaba embarazada”: el despertar de una madre de gemelas tras 11 días en la UCI
“Hemos estado muy tensionados, pero el sistema sanitario no ha colapsado”
VÍDEO | Un hospital patas arriba para contener el virus
400 positivos ingresados en hoteles y pabellones de Barcelona
“No somos ángeles ni heroínas. Hacemos nuestro trabajo y también tenemos miedo”
Los CAP, muros de contención frente al coronavirus
La atención primaria toma las riendas en la desescalada con déficit de personal y recursos escasos
David Noguera, presidente de MSF España: “Viviremos situaciones de sufrimiento inédito”
El virus respeta el sur
El drama de las residencias
Entramos también en residencias de la tercera edad, con las que la pandemia se ha cebado especialmente. La organización Open Arms prestó a sus voluntarios para realizar test masivos en los geriátricos. Retratamos las dificultades de varias familias para saber cómo estaban sus padres o abuelos, ingresados o residentes en el centro sociosanitario Hestia Palau, en el edificio de la antigua Quinta de Salud La Alianza, en Barcelona.
Open Arms, al rescate de las residencias de ancianos en Cataluña
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Los familiares de los ingresados en una residencia de Barcelona: “Nadie sabe qué pasa ahí dentro”
Las residencias que vieron venir el virus y lo pararon en la puerta
Al rescate de una residencia a la deriva
Encerrados en la residencia con los abuelos
El invisible oficio de atender a dependientes a domicilio (sin mascarilla)
Decir adiós en la distancia
No poder llevar a cabo un funeral tradicional marcará la historia de las familias de las víctimas de la covid-19. Narramos la historia de una víctima que pasó 20 días en el hospital y su entierro fue de 20 minutos. Hablamos con expertos sobre cómo estas despedidas complicarán los procesos de duelo. Contamos también cómo han afrontado la pandemia las fábricas de ataúdes catalanas, que vieron multiplicada por tres la producción de féretros.
La muerte de María Pascual: 20 días de hospital, 20 minutos de entierro
Entierros sin velatorio ni funeral: “Nuestro trabajo siempre es delicado, pero ahora es mucho más triste”
Empresas funerarias al límite: “Ya no hay tiempo para fabricar ataúdes nobles”
“Tener que despedirse de un familiar por teléfono genera culpa y frustración”
Crisis social y económica
La crisis del coronavirus ha puesto contra las cuerdas a la gente más vulnerable de ciudad, por lo que se han puesto en marcha varias iniciativas solidarias o se han reforzado las ya existentes. El confinamiento y la restricción de actividad de los establecimientos ha castigado el comercio de proximidad. Barcelona, cómo capital innovadora, ha perdido también varias oportunidades, empezando por la cancelación del Mobile que, por otra parte, ha alargado un año más su contrato con la ciudad.
Comer gracias a Santa Anna
Decenas de personas sin hogar viven confinadas en una casa ocupa de Barcelona
Solidaridad a pie de calle
El gimnasio que abrió para hacer “lo que siempre hacía”
El coronavirus da la puntilla a una panadería centenaria
El 90% de los negocios de la comunidad china en Cataluña sigue cerrado dos meses después
El Teléfono de la Esperanza, desbordado
“Las ‘startups’ tenemos estructuras muy frágiles”
El Mobile se quedará un año más en Barcelona tras prorrogar su contrato hasta 2024
La Costa Brava se reinventa para salvar la temporada con seguridad
¿Hacia una ciudad más sostenible?
Casi de un día para otro, entre el 13 y el 16 de marzo pasados, Barcelona perdió a 750.000 personas, según los datos de telefonía móvil. El latido de la ciudad no tiene nada que ver con las semanas anteriores a la pandemia y su aire lo ha notado. El Ayuntamiento de Barcelona ha pintado más carriles bici, medio de transporte que se espera que cobre especial protagonismo durante la desescalada. La ciudad, marcada en los últimos años por el auge del turismo, afronta un verano en el que casi no espera a visitantes. Algunos animales, como ocurrió con los flamencos en L’Empordà, han vuelvo a sus hábitats.
El día que 750.000 personas se esfumaron de Barcelona por la cuarentena
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Los transportistas claman contra los nuevos carriles bici y peatonales de Barcelona
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“Nadie habla en este bus, todos están en silencio”
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La cultura, en la nube
Teatros, cines y museos: todo cerrado. La cultura se ha tenido que adaptar en los últimos meses a la virtualidad. El Museo Egipcio de Barcelona es uno de los que ha ofrecido visitas virtuales. El Teatre Lliure emitió también en streaming una representación de Hamlet. Las clases de la universidad también se han trasladado a la red. Los museos, por su parte, se preparan para su reapertura. Los quioscos han permanecido al pie del cañón.
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El triunfo de la infantería
La vida, en casa
Los balcones han tomado protagonismo en un parque de viviendas separado por 87 metros cuadrados de diferencia, de media, entre barrios ricos y pobres. El teletrabajo y los niños sin escuela, en casa, han cambiado radicalmente el día a día de los núcleos familiares. También se han visto alterados los fogones de los hogares, mucho más activos, y han cambiado las obsesiones. Una de las más comentadas: la búsqueda casi desesperada de levadura en los supermercados.
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Cuentos confinados
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El deporte, muy limitado
El ERTE del FC Barcelona y la dificultad para entrenar de los deportistas profesionales han marcado los ya más de dos meses de pandemia. La portera de la selección de waterpolo, Laura Ester, se las ingenió para entrenarse con pelotas de tenis y gomas elásticas. “Jamás pensé que echaría de menos el agua”, aseguró a este diario. Ya esta última semana, el campeón del mundo de MotoGP, Marc Márquez, ha practicado motocross en Lleida y el Circuit ha abierto para que se puedan entrenar pilotos del Mundial.
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Laura Ester: “Jamás pensé que echaría de menos el agua”
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El ‘runner’ enjaulado
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