400 positivos ingresados en hoteles y pabellones de Barcelona
El Ayuntamiento prepara cuatro centros deportivos reconvertidos en hospitales
La pandemia del coronavirus ha desbordado los hospitales en Barcelona y ayer eran ya 397 los pacientes con Covid-19 ingresados en hoteles y pabellones adaptados como espacios sanitarios. Unas 365 de las 1.114 camas habilitadas en cinco hoteles de la ciudad para casos leves o asintomáticos ya están ocupadas. Las plantas de hospitalización de los grandes hospitales también empiezan a saturarse y algunos enfermos complejos son trasladados a pabellones deportivos cercanos. Por ahora solo funciona el de Vall d’Hebron, con capacidad para 132 camas (32 de ellas ocupadas). En pocos días estarán disponibles cuatro pabellones más.
“He visto al primer señor que le han dado el alta pero siguen entrando ambulancias”, lamentaba ayer uno de los vigilantes del pabellón olímpico Vall d’Hebron, convertido desde el domingo en una ampliación del hospital del mismo nombre. “Hay veces que vienen los médicos de un lado a otro caminando”, explica. En el interior del centro deportivo hay solo 32 camas ocupadas de las 132 habilitadas y muy poco movimiento. Pero todo se prepara para el peor escenario.
Con más de 22.000 casos y 2.000 fallecidos, Cataluña afronta estos días el pico epidémico. Los hospitales han expandido sus plantas de hospitalización y han llegado a triplicar la capacidad de sus unidades de cuidados intensivos, pero los ingresos no cesan. Ayer, más de 1.800 personas estaban en la UCI. La ocupación en estas unidades de críticos supera el 84%, según el Departamento de Salud.
El pabellón municipal de Guinardó lleva días reconvirtiéndose en un brazo del Hospital de Sant Pau. Este fin de semana comenzarán a llegar pacientes al centro, que tendrá una capacidad para 88 enfermos. La próxima semana se concluirá la ampliación del Hospital del Mar en el polideportivo Claror Marítim donde cabrán 70 personas más. Los Bombers de Barcelona también están medicalizando el Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC) en Montjuïc, que se convertirá en un hospital satélite del Clínic. Fuera de la capital, en L’Hospitalet de Llobregat, se sumará en pocos días otro hospital de campaña en Fira de Barcelona. El recinto tendrá en un principio 300 camas pero que puede albergar hasta 2.000 enfermos.
Salud se prepara para el peor escenario. Los hospitales privados, puestos a disposición de la red pública, están ya al máximo de su capacidad y algunos públicos rozan el colapso. En Vall d’Hebron hay unos 160 pacientes en la UCI. En la de Mataró, que era inicialmente de ocho boxes, hay ahora 23 personas ingresadas.
Clara Latorre es la jefa de guardia de Bombers de Barcelona que dirige la adecuación de estas instalaciones. “El consorcio sanitario de Barcelona nos encargó el 20 de marzo adecuar hoteles. Tres reuniones más tarde ya nos dimos cuenta de que con hoteles no iba a ser suficiente”, advierte. El cuerpo de Bomberos llenó el 22 de marzo el Hotel Cotton de pacientes conduciendo seis ambulancias. “Nuestra labor es primero comprobar que los hoteles cuenten con unos mínimos para las actividades asistenciales y cumplan con unos protocolos de limpieza de los equipos de protección individual y de la lavandería. También impermeabilizamos los colchones. Llevamos a los pacientes en ambulancia y en tres autobuses y descontaminamos los vehículos. El problema es que los hoteles solo sirven para los enfermos menos graves”, lamenta. Además de los hoteles para enfermos, hay otros cuatro alojamientos para hospedar hasta 117 sanitarios.
“En esta pista, antes, jugaban a baloncesto”
“Todavía me sorprendo cuando saco la cabeza y miro a la pista del polideportivo. En vez de ver niñas y niños jugando a baloncesto choco de golpe contra un hospital”, piensa en voz alta Alfred Porcar, el director general del Fútbol Club Martinenc cuya sede será a partir de hoy un centro satélite del Hospital de Sant Pau. Porcar ha pasado de gestionar pistas, profesionales y asistir a los 5.000 socios del centro que gestiona a reconvertir el polideportivo en un centro médico. “Muy pocos días después del decreto de alarma se puso en marcha el gabinete de crisis y nos vimos sentados en la misma mesa con el Ayuntamiento, el Consorcio Sanitario, Bomberos, CatSalut, Médicos sin Fronteras, El Hospital de Sant Pau y nosotros. Entre todos hemos reconvertido en algo parecido a un hospital estas instalaciones”, advierte.
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