Los patinetes y las motos compartidas piden paso en la desescalada
El Ayuntamiento de Barcelona estudia ampliar las licencias previstas de motocicletas
Las operadoras de sharing, las bicicletas y motos eléctricas de alquiler por minutos, se reivindican como alternativa de transporte durante la desescalada de la crisis del coronavirus: son movilidad individual, sostenible y permiten el distanciamiento. En Barcelona, y a las puertas de la adjudicación de 7.000 licencias municipales, recuerdan que el metro y el autobús no podrán asumir los usuarios que tenían antes y por ello reclaman más licencias de motos y que se acelere la legalización de los patinetes de alquiler.
El Gobierno municipal responde que estudiará dar más licencias de moto y acelerar las de los patinetes, mientras que las empresas del sector recuerdan que podría ser una fuente de ingresos para las arcas municipales.
La asociación Smart Mobility, que agrupa operadores de sharing, hizo un llamamiento esta semana a las ciudades “para que aprovechen la oportunidad de rediseñar su movilidad”. El colectivo, afirmaban, “se ofrece a trabajar con las autoridades locales y garantiza la reapertura del servicio en las máximas condiciones de seguridad para sus usuarios”. En Europa, citan como ejemplo de apuesta desde lo público por la moto compartida el caso de Italia, donde algunas ciudades incluso lo subvencionarán.
En Barcelona, de las cinco empresas que operan, Yego es la única que ha seguido funcionando durante la cuarentena, con menos flota. Su consejero delegado, Tim Ougeot, explica que extendieron su servicio hasta zonas como el hospital de la Vall d’Hebron, pensando en sanitarios u otros trabajadores esenciales, intensificaron la limpieza de los vehículos y lanzaron un servicio de 20 euros semanales que garantizaba a los usuarios tener siempre la misma moto. Ougeot reclama al Ayuntamiento que adjudique las licencias y aumente la cifra. “En un momento como el actual no nos podemos permitir que si hay demanda no haya oferta”, razonan.
El general mánager de Bird en España, Toni Riera, pide por partida doble: patinetes y motos (de la marca Scoot, preparada para volver a trabajar en la fase 1 de la desescalada). Con los patinetes de alquiler, la estrategia de Bird ha ido de acuerdo con el Gobierno Colau: garantizan que se recojan y entreguen en puntos privados (coworkings, aparcamientos o centros comerciales) y no en la calle. Instan a que se “flexibilice la situación, con zonas señalizadas donde se permita aparcar en calzada”, mientras no llega la regulación. Bird tiene 2.000 patinetes, la mayoría en un almacén. “Destinando una de cada cien plazas de aparcamiento a patinetes, la ciudad podría tener 10.000, que ahora serían una alternativa o complemento perfecto de transporte”, defiende Riera, y explica que han ofrecido al Ayuntamiento reforzar puntos como las estaciones de tren y descuentos para usuarios de los títulos más utilizados.
De las empresas de motos, la que tiene una mayor flota es eCooltra, con 2.300 vehículos. Con el concurso de licencias, es la firma que más unidades perdería, porque está previsto que toquen unas 400 por operador. Tras el pico de la crisis volvieron a operar el 27 de abril y aguardan la fase 1 para incrementar el servicio. Su consejero delegado, Oriol Marimon, también pide que se amplíen las licencias: “Los argumentos a favor de la movilidad compartida y sostenible son ahora más sólidos y válidos”, dice y recuerda que el Ayuntamiento se comprometió a revisar las licencias al año de sacar el actual concurso.
En parecidos términos se expresa el director general de Movo, Luis Chen. También defiende la utilidad del sharing durante la desescalada y explica que la empresa ha optado por ofrecer solo un casco por vehículo, por desmontar las viseras por razones sanitarias, y ofrecer guantes de usar y tirar. Chen pide a la administración que “haga ajustes para ver cómo el sector puede ser parte de la solución” en la nueva movilidad que exige la ciudad post covid.
La respuesta oficial llega de la concejal de Movilidad, Rosa Alarcón. Reconoce que la adjudicación de las licencias de motos va tarde, porque la pandemia lo paró todo, aunque asegura que el Consistorio ha avanzado y es cuestión de pocas semanas. En paralelo, Alarcón explica que el Ayuntamiento “estudia cómo es posible, jurídicamente, adjudicar licencias que queden desiertas o incluso ampliar la cifra, lo que habría que hacer en un concurso nuevo”. La edil también asegura que la experiencia del concurso de motos permitirá “acelerar el proceso de las licencias de los patinetes”. La idea era sacar el pliego de condiciones en abril y no ha sido posible. No estarán adjudicadas antes de otoño.
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