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‘Kombit’, la solidaridad vista como legado de resistencia

El documental del argentino Aníbal Garisto muestra una mirada desconocida de Haití

Aníbal Garisto, en el centro, y Carlos Galán, a la izquierda, en pleno rodaje.
Aníbal Garisto, en el centro, y Carlos Galán, a la izquierda, en pleno rodaje.Kombit

En 2005 el director de cine Aníbal Garisto tuvo que reeditar uno de sus documentales. Una denuncia del periódico Página 12 le alertó que uno de los simpáticos ancianos que daban testimonio en su documental Siglo Bohemio era Juan de la Cruz Kairuz, un exrepresor que participó de uno de los tantos grupos de tareas que operó durante la última dictadura militar. Era la primera vez que Corcho, como le dicen, dirigía un largometraje. El film es un repaso sobre la historia del club de sus amores, Atlanta, una institución que fue referente social en un barrio de clase media de Buenos Aires hasta finales de la década del 90, cuando se derrumbó para renacer en los últimos años. Garisto y su compañera Mónica Nizzardo no dudaron en eliminar el testimonio en forma inmediata.

A partir de ahí, un eje rector imaginario condujo el destino del director de 35 años que encabezó las producciones El Polonio, que se presentó en 20 festivales, y Los Ojos de América, por el que ganó el concurso DocTV latinoamérica. Ese camino lo condujo a la República de Haití, para contar el trabajo solidario que realizan los trabajadores campesinos en las plantaciones de arroz, creado en épocas de esclavitud y que todavía está vigente enfrentando a los grandes volúmenes de arroz que ingresan mes a mes desde Estados Unidos debido a los bajos costos de venta al público. Kombit significa "trabajo solidario" en creole, la lengua surgida de la mezcla de razas en esa región

“No queríamos hacer lo mismo que se veía en la televisión, que era mostrar la pobreza, sino que fuimos al campo y vimos que había un Haití que no se había mostrado. Ahí supimos lo que eran los kombit. Hay gente que piensa diferente y no quiere ayuda. Ellos tienen una una manera diferente de trabajar, alternativa al capitalismo salvaje”, explicó Garisto a la prensa. El realizador y Carlos Galán, productor del documental, viajaron a Haití en 2012 y regresaron en 2014 para el rodaje.

“Siempre me interesó la historia de Haití por algunos hitos. Es el lugar donde se asentó Colón, fue donde empezó la matanza de pueblos originarios y por eso es donde empezó la esclavitud, porque al morir los nativos traían africanos para trabajar la tierra. Era la colonia más rica. Fue el lugar en donde se produjo la única revolución de esclavos exitosa y el primer país de Latinoamérica en independizarse”, expresó Galán. Y agregó: “De esa vanguardia pasó a ser hoy el país más empobrecido, entonces surge la pregunta por qué pasó eso, por qué hay tropas de ocupación con un ejército que viola derechos humanos, que trajo el cólera”.

El documental discute la permanencia de los cuerpos de paz tras el terremoto de 2010 y pone en cuestión la garantía de la soberanía alimentaria en Haití y muestra la resistencia a los modos de producción capitalista que llevan adelante estos campesinos. Al ritmo pausado que la siembra artesanal requiere y es mostrado en el film con escenas contemplativas, con el mar Caribe y los hermosos campos como escenario, se contrapone el ritmo vertiginoso de la ciudad.

Kombit, que fue realizado con ayuda del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina, fue presentado con mucho éxito en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata de 2015, en donde fue proyectado en tres funciones con la sala llena. Acaba de participar del festival Biosegura de Jaén y se prepara para el Festival de Cine Popular de Ammar, en Irán y el Marfici, de Mar del Plata, donde todo comenzó.

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