Todo eso vi
A lo largo de muchas semanas, durante una época irreal en un sitio indeterminado de la Costa Brava, todo eso fue mío
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.
A lo largo de muchas semanas, durante una época irreal en un sitio indeterminado de la Costa Brava, todo eso fue mío
No hubiera querido estar en ningún otro sitio: dos personas mirando algo con poco interés, la cabeza perdida en ensoñaciones
Me faltaba lo simple. La casa donde vivo desde abril en la Costa Brava, sus paredes blancas, el mar cubriendo las rocas como un encaje, el cielo azul Pantone
Me imaginé cortando lazos, apagándome de a poco. ¿Cómo sería?
El hombre estaba sentado sobre un muro, mirando su teléfono. Sabía muchas cosas de mí. Es un sitio chico, los rumores corren rápido, como en el pequeño pueblo argentino en el que crecí
Ahí estábamos. Dos desconocidos girando sobre un trozo de roca y fuego sin más objetivo que el de respirar un rato o existir mejor
En ‘Succession’, el hijo menos relevante les dice a sus hermanos algo extraordinario: “Lo bueno de tener una familia que no te quiere es que te adaptas. Ustedes son esponjas necesitadas de amor”
Con textos que no están fechados, algunos escritos en estricta cuarentena, ‘Dysphoria mundi’, de Preciado, es un libro premonitorio, visionario
Le pregunté a mi padre: “¿Ustedes no tenían miedo de que me cayera?”. Me dijo: “No. Porque te ponías tan contenta”. Como si la felicidad hubiera sido un escudo
Como muchos, lo copié, le robé, lo imité. Jamás dijo: “No, señor, esa manera es mía, invente usted la suya”, quizás porque cuando algunos nos acercábamos trabajosamente al sitio donde estaba, él ya se había ido a otra parte”
Durante un tiempo fui devota del ‘room service’, de cenar en el hotel mirando películas. Pero ahora busco restaurantes silenciosos
La “ideología de género” debe tener, en su imaginación, la forma de una turba de educadores y padres persiguiendo a niños y niñas
Se la recuerda como una gran autora de libros y canciones infantiles, pero es mucho más que eso
La imagen perfecta de la soledad es la de una persona pequeña en el patio de un colegio, aterrada y padeciendo humillaciones que nadie percibe, que a nadie pueden contar y que, cree, no terminarán jamás
Las canciones del Indio Solari nos entrenaron en el arte de respirar bajo la superficie, de resistir los embates del espanto
Las cosas, cuando salen bien, son desmedidas y están gloriosamente fuera de control
“¿No me podés vender una caja?”. Me miró con desprecio: “No. Las estamos guardando para cuando la gente salga de las oficinas”
El Papa se ha asegurado de mantener a los gays católicos en su corral, recordándoles que, si bien tienen derecho a estar exentos de que los encarcelen o los aniquilen en la tierra, su fe les tiene preparado un castigo mayor, una condena infinita
Llegué al párrafo final más prodigioso que haya leído en mucho tiempo. Me quedé muda
La denunciante de Dani Alves se sintió obligada a mostrarse intachable. A ser blanca, a ser pura, a ser casta
No soy partidaria de lastimar. Pero, ya puestos, mejor hacerlo discretamente, con algo que dure y duela hasta el final
“Corré despacio”, me dijo mi padre. No sonaba preocupado. Era alguien que, desde la torre de control, está habituado a lidiar con idiotas
Nos reímos como bobos durante una hora. Por algún motivo, empezamos a hacer un recuento de novios antiguos
Todos estamos lejos de todos, la crueldad es lo que reina. Siempre nos hacemos mal. Pero mi amigo me habla
Sabremos que lo único que nos gustaría recibir es lo que no nos fue ni nos será dado: seguir juntos para siempre.
Mi padre es un animal potente, un hombre. No es raro que sus hijos crean que es alguien que puede mover las cosas del mundo, producir efectos
A la hora del partido Argentina-Croacia, un hombre salió a caminar con sus perras, a pleno sol, porque sus hijos todavía creen que él puede cambiar el mundo
No se puede volver atrás. A veces, casi siempre, tampoco se quiere
Los políticos que alaban el poder divulgador de la película de Santiago Mitre —que lo tiene— no se sonrojan al reconocer su fracaso como responsables del sistema educativo argentino
Subió a un avión al que no quería subirse. Estará allá trabajando durante semanas. Pero él no quería irse
La presión sobre Kit Connor parece decir: “Sólo los gais tienen derecho a interpretar personajes gais y deben certificar que lo son”. Con esa lógica, sólo una mujer infiel podría haber escrito ‘Madame Bovary’
En México, las Madres Buscadoras hacen lo que el Estado no hace: buscan a sus hijos
La gente parecía derrotada y hermosa. Yo me sentía en el epicentro de algo fantástico. Sin embargo, era un día normal
Son millones los que quedaron sumidos en un duelo que no termina porque nunca empezó: los que no pudieron vivir el fallecimiento de sus seres queridos
Esa noche, el periodista dejó una nota en el hotel: nos esperaba en las ruinas de Santiponce. Fuimos. Y él no apareció
Donde antes había un móvil, un cargador y auriculares, ahora hay un móvil, un cargador, un enchufe, un adaptador, auriculares con su batería, su cargador y su enchufe y cuatro cajas de módulos envueltos en 15 plásticos
Me quedo mirando la imagen hasta que me dicen que el museo va a cerrar. Salgo a una plaza seca y, aunque hay un sol de miedo, yo sólo veo a ese perro negro mordiéndome con la potencia de lo que es poco y está vacío y yerto
El de la guitarra empezó a cantar. La voz entró en la música como un cuerpo tieso pero entusiasta, con violencia modesta
Muchos colegas me preguntan en México cómo hacer para no sucumbir al desánimo cuando escriben. Les doy respuestas idiotas. Sólo debería repetirles el verso de William Blake: “Aquel que desea pero no actúa engendra peste”
En México hay 18 millones de personas indígenas, casi el 80% en condiciones de pobreza o pobreza extrema. Fui cruel: le pregunté a la activista cómo hacía para no desalentarse, para no sentir que su aporte era muy chiquito