Pedo oral
Cuando uno se eleva por encima de sus posibilidades sintácticas cae en la dolencia conocida como ‘flatus vocis’, expresión latina que quiere decir algo así como “ventosidad de la voz”
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
Cuando uno se eleva por encima de sus posibilidades sintácticas cae en la dolencia conocida como ‘flatus vocis’, expresión latina que quiere decir algo así como “ventosidad de la voz”
No hemos olvidado la forma en la que el triste virus se ha cebado (se ceba aún) en aquellas zonas del cuerpo social menos favorecidas por su riego sanguíneo
Lo que ahora necesitamos no es una sociedad de izquierdas ni de derechas ni de centro: necesitamos una sociedad cuerda
La covid-19 no es una grieta, es un boquete en toda regla, un agujero negro que se traga cuanto pasa por sus bordes
Si pereciera durante este verano pandémico, pongan sólo sobre mi tumba un HUBO QUE
No pretendo comparar mis problemas con los de Felipe VI, pero mantener la cocina en buen estado desde la comida hasta la cena es un triunfo en toda regla
Si dices que el jefe del Estado tenía una máquina de contar dinero, ni siquiera tienes que añadir que se trataba de dinero sucio porque la suciedad está implícita en la posesión de la máquina
Lo que yo quiero es ser gente, pero no me sale
El patógeno que recorre como un fantasma el mundo ha logrado una reideologización del personal muy superior a la ideologización que supuso en su día la lectura del 'Manifiesto comunista'
La política es ya, definitivamente, un programa basura en el que lo que está en juego es la audiencia y no la salud de usted o la mía
La historia está llena de personajes que alternaron el altruismo con la mezquindad y las gestas heroicas con biografías miserables
Si dejáramos de creer en las hadas, ni la banca ni Coca-Cola ni El Corte Inglés durarían dos días. Midan ustedes sus palabras
Lo que huele a naftalina ahora es el mundo
No tengo ni idea de la página en la que nos encontramos, ni cuántos muertos provocará definitivamente el virus, tampoco si la novela terminará bien o mal
Tal vez, sin ser conscientes de ello, suframos una confusión entre el mundo analógico y el virtual
Hay noticias que son como ranuras abiertas en el decorado de la realidad
No me parece extraño que los viejos seamos proyectos de cadáveres. De otro modo, alguna institución debería haberse abierto las venas frente a lo sucedido en las residencias de ancianos