El orden del mundo
La cola debe de ser uno de los inventos más antiguos de la humanidad, aunque no hay, que yo sepa, registros fósiles de personas aguardando la vez para esto o para lo otro
La vida se parece con frecuencia al arte. Hay en el Museo Thyssen de Madrid un cuadro, no recuerdo de quién, que se parece a esta foto. Sobra decir que la intervención del fotógrafo resultó imprescindible para lograr esta magnífica pieza visual, pero no es menos cierto que la disposición de las personas en el curioso espacio que ocupan podría confundirse con una instalación artística, ese género tan contemporáneo y exitoso. La instalación representaría en este caso, y a primera vista, a un grupo de pasajeros en el interior de un finger, gente a punto de viajar o que acaba de hacerlo, gente que viene o va, no lo sabemos ni nos importa mucho, puesto que lo que nos llama la atención es la geometría, el orden, el equilibrio con el que se han distribuido a lo largo del pasillo. De ser así, podría haberse titulado El orden del mundo.
Pero no. La foto está tomada en el interior del Hospital Zendal, de Madrid, y las personas que vemos hacen cola para vacunarse contra la covid-19. Se hacen colas para multitud de asuntos. La cola debe de ser uno de los inventos más antiguos de la humanidad, aunque no hay, que yo sepa, registros fósiles de personas aguardando la vez para esto o para lo otro. El conjunto arquitectónico (las numerosas vigas y puntos de separación entre los paneles de cristal) guarda una simetría llamativa con la verticalidad de los seres humanos. Hay en la imagen una aspiración ascendente, quizá de trascendencia: si nos dijeran que están a punto de dar un paso hacia el más allá, nos lo creeríamos también, pues la luz del fondo evoca la del final del túnel.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.