¿No te fijas en el origen de los alimentos que consumes? Haces mal: comprando comida de proximidad obtienes más calidad, mejores precios y menor impacto ecológico, y encima ayudas a la economía de tu zona.
Aunque de factura un tanto rústica, la versión casera de la clásica pasta de cacao y avellanas supera en sabor y calidad a las industriales. La excusa para pecar a la hora de la merienda está servida.
Rescatamos otro refresco veraniego para hacer frente al calor. La tradicional –y un poco olvidada– leche merengada debería triunfar por su sabor a arroz con leche y su textura de espuma helada.
El frigorífico alarga la vida de los alimentos pero no es todopoderoso. Si quieres saber cuánto aguanta cada tipo de comida en la nevera, ésta es tu guía para no acumular cosas semipochas.
¿Tienes miedo a la mayonesa casera? ¿Se te corta una y otra vez o vives amedrentado por la pérfida salmonella? No sufras más. La ciencia te ayuda a conseguir la salsa perfecta y a evitar intoxicaciones.
Igual no te vas de vacaciones, pero sonríe: puedes montarte un desayuno bufé con bacon en un momento. Aquí unos cuantos consejos para no manchar la cocina y disfrutar a tope de este manjar porcino.
Imbuidos por el espíritu de Tito y Piraña rendimos homenaje a una de las bebidas más míticas del veraneo: la horchata de chufas. Barata, rica y fresca, ¿se le puede pedir más?
Suben los termómetros y dejamos el uso del horno para septiembre. Hasta entonces, nada mejor para pecar que una tarta de queso fresca, con fruta de temporada y cero sudores.
Poseídos por Karina sacamos del baúl de los recuerdos los limones rellenos, un postre injustamente relegado a los lineales de congelados más inmundos. Es fácil, rico y resultón a su manera.
¿Tienes el tarro de estragón muerto de la risa en la despensa? Adapta este clásico francés de Julia Child con un poco menos de vacaburrismo y sin que se resienta en nada el sabor.
¿Icono viejuno por excelencia o clásico contemporáneo? La tarta de galletas y chocolate, antaño estrella en las fiestas de cumpleaños infantiles, merece una nueva oportunidad.
Si piensas que la ensalada perfectamente aliñada es una quimera, necesitas que la ciencia te ayude. He aquí las claves para conseguir siempre, siempre, una vinagreta de campeonato.
¿Harto de los que presumen sin parar de sus helados caseros? Tú también puedes hacerlo y encima sin necesidad de comprar máquina ni de tener mil cacharros. Chincha rabiña para los que no lo han descubierto antes.
Si los de Bilbao nacen donde quieren, las persianas -postre 100% bilbaíno- también pueden adoptarse en cualquier lugar. Dile tú que no a algo a esta maravilla hojaldrada, dulce, melosa y crujiente.
¿Por qué comprar magdalenas cuando son tan fáciles de hacer? Estas reinas del desayuno y la merienda se pueden adaptar a nuestro gusto sabiendo una pizca de ciencia.
Descubrir por qué salen bien o mal no es fácil. Menos mal que nosotros –con un poco de ayuda de la física, y otro poco de la química– lo hemos hecho por ti.
¿Por qué es tan difícil hacer huevos escalfados? ¿Tengo que ofrecer mi alma al diablo para hacer salsa holandesa? El Comidista llega al rescate para conseguir el desayuno dominguero gocho perfecto.
Una receta sureña para emular a Frank Underwood, controlar el mundo libre y rechupetearte los dedos. Hasta los codos. Mientras piensas en cosas como la dominación planetaria y estrategias de alta traición.
Volcán. Fluido. Culán. Lo llames como lo llames, este postre cuasi viejuno es insultantemente fácil e indecentemente bueno. El momento en el que metes la cuchara en él y lo rompes es lo más parecido al Nirvana.
La piña rellena es viejuna, sí. Y qué: eso no hace que pierda ni un ápice de molonidad y ricura. Rindamos un homenaje al postre exótico (y ochentero) por antonomasia con una versión fácil y sabrosa.
Aprovechemos la recta final de las naranjas sabrosonas para hacer un flan diferente, con leche de almendras y agua de azahar. El flan de naranja al cubo, la naranja dándolo todo o el flan holístico naranjil.
Los cocineros profesionales de otras países versionan nuestras recetas tradicionales de las formas más locas. Advertencia: este post puede generar serios traumas a los talibanes de la paella. Y a casi todo el mundo.
La temporada carnavalesca es el paraíso de la fritura y de los dulces sencillos pero altamente reconfortantes. Las orejas que adoptamos hoy cumplen todos y cada uno de esos requisitos. ¿Les darás un hogar?
Postre navideño con 8 apellidos vascos (o más), pensado para tomar antes de levantar piedras a pulso o partir troncos. Lo típico de las fiestas, ahí va pues.
Receta para frikis y puristas de 'Star Wars' que quieran alimentarse con pedigrí galáctico antes de 'El despertar de la fuerza'. Está buenísima, así que tú también la puedes disfrutar aunque no sepas quién es Luke Skywalker.
Para los que ya tienen la lista de villancicos preparada, nada mejor que sacar el espumillón e ir haciendo pruebas de polvorones caseros. Perfectos para regalar y quedar como un Rey Mago.
Con la Navidad ya en mente (“¿ha dicho Navidad? ¡Pero si quedan aún dos meses!”) ofrecemos una válvula de escape a las sobremesas familiares en forma de postre pimplante.
Marty McFly llegará del pasado el día 21 y aún no hay coches voladores ni hidratadores de pizza, pero podemos viajar en el tiempo a las cocinas de 1955, 1985 y 2045
Un dulce de origen medieval que lo petó grandemente hace siglos y quiere volver a triunfar, demostrando que por él no pasan los años y se mantiene lozano cual mozuela.
Recuperamos unos pasteles madrileños de principios del siglo pasado. Porque los postres en peligro de extinción nos dan casi la misma pena que las ballenas, los linces o los abejarucos.
Eres incapaz de hacer pan en casa y nunca te salió ningún experimento del Cheminova. No desesperes: la mantequilla casera está buena y es insultantemente fácil.
100% viejuna y 100% casera, la estrella de la cocina ochentera vuelve siempre con el calor, igual que 'Verano Azul', 'El equipo A' o 'El coche fantástico'.
Si sueñas con enanos bailando y hablando del revés, puede que sea culpa del pastel con fondant de colores fosforescentes de tu cuñada. O que te hayas quedado colgado con la mítica serie y sigas pensando en quién mató a Laura Palmer.