Adopta un postre: pan de Calatrava
Viajamos hasta Murcia-qué-hermosa-eres para poner en la órbita mundial un dulce sencillo, barato y sabroso. Qué más se le puede pedir a la vida.
Hoy, por petición popular, adoptamos el pan de Calatrava, una cosa común en Murcia pero rara avis en el resto de España, a pesar de que entronca con esa entrañable tradición culinaria que es juntar lo poco que tienes en la cocina para marcarte un plato memorable. Un jetapostre de los que nos gustan aquí, con mínima elaboración y máxima satisfacción, que solo requiere cuatro ingredientes que se encuentran en cualquier despensa a final de mes.
Si escarbamos en el origen de este plato, es muy probable que provenga de Calatrava la Vieja o la Nueva, poblaciones ambas de la provincia de Ciudad Real. Cómo llegó a convertirse en un dulce típico de tierras murcianas o si lo inventaron antes los andalusíes o después los monjes de la Orden de Calatrava, es harina de otro costal y no he podido desentrañarlo.
Quedémonos con que es un postre de ingredientes frugales y degustación viciosa, emparentado con el flan y los puddings de sobras. Servía para aprovechar los restos de pan duro transformando unos chuscos de pobres en sobremesa de ricos. Actualmente muchas recetas recomiendan hacerlo con magdalenas, pero usar el pan reseco que tienes bailando por ahí es la versión más auténtica, más barata y para mi gusto, ampliamente satisfactoria.
Yo usé una buena hogaza sin las partes duras de la corteza y quedó fetén, pero sentíos libres de reutilizar cualquier cosa susceptible de ser “pastelizada”: pan de molde, croissants, bizcocho o esas magdalenas que te ha regalado tu suegra y están más duras que la pata de un santo.
Si os pasa igual que a mí y estáis cansados de la combinación sota-caballo-rey del limón con la canela, podéis probar a dejar la leche sin aromatizantes o usar vuestra imaginación tirando por la piel de naranja, las semillas de tres vainas de cardamomo o incluso (que no me oigan las abuelas murcianas) alegrarla con unas cucharadas de cacao en polvo. Igualmente, si no os gusta el caramelo, pasad olímpicamente de incorporarlo y ya está. Al fin y al cabo lo importante es adoptar un nuevo postre necesitado de cariño y difusión.
Ah, el nombre viene del pan que lleva la receta y de la forma final que tiene, puesto que se suele preparar en moldes alargados. Vale con uno de plumcake normal y si no tenéis, cualquiera redondo pero estanco, para que no se salga el líquido durante la cocción al baño maría.
Dificultad: Nivel cuadernillo Rubio
Ingredientes
Para unas 8 raciones
- 500 ml de leche
- 5 huevos
- 150 g de azúcar
- 200 g de pan, bizcocho o similar
- La corteza de medio limón en tiras
- 1 palo de canela
- Azúcar y agua para el caramelo
Instrucciones
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