Tarta de cerezas de 'Twin Peaks'
Si sueñas con enanos bailando y hablando del revés, puede que sea culpa del pastel con fondant de colores fosforescentes de tu cuñada. O que te hayas quedado colgado con la mítica serie y sigas pensando en quién mató a Laura Palmer.
Que si el motorista intenso, el médico lóquer, el manco o la señora del tronco. Toda España se obsesionó con Twin Peaks allá por 1990, cuando la tele era en cuatro tercios y sólo tenía cuatro canales. La serie, emitida por el Telecinco de las Mamachicho, se convirtió en un fenómeno de audiencia que dio pie a escenas tan maravillosas como Rappel prediciendo (erróneamente, claro) el nombre del asesino, Laura Valenzuela entrevistando a los protagonistas, Jose Luis Garci presentando un especial muy sesudo sobre el misterio y televidentes que clamaron al cielo cuando al final de la primera temporada no se descubrió el intríngulis del caso.
Objeto de culto para seriéfilos y motivo de nostalgia para los que tenemos alguna cana, Twin Peaks sigue siendo una de las mejores series de televisión de la historia. Igual no recuerdas el método de deducción tibetano que usaba el agente Cooper, pero seguro que no se te ha olvidado que era un adicto al café negro –en Estados Unidos, alma de cántaro–, la tarta de cerezas y los donuts.
Como buenos fánses de la repostería seriéfila, en El Comidista no podíamos dejar pasar una oportunidad histórica para zamparnos una tarta de cereza. Tres confluencias astrales se juntan para obligarnos a hacerla ya, aquí y ahora: se cumplen 25 años del estreno de la serie, en breve podremos verla resucitar con todos sus personajes bastante más arrugados y además estamos en la recta final de las cerezas en el mercado. No os voy a negar que hacerla da un poco de trabajo y puede que sólo de pensarlo os dé un sofocón de caloret a estas alturas de verano, pero el mundo es un lugar injusto en el que en invierno no hay cerezas. Por eso lo mejor es tener paciencia y contar con la inestimable ayuda de la nevera para hacer la tarta en dos días, para que su elaboración no nos provoque una catatonia. Al fin y al cabo, sólo hay que encender el horno media hora y el resultado vale la pena.
Al igual que la original del RR (la cafetería de la serie), esta versión se merece un poema épico. Tal como diría Cooper, “así debe de ser el cielo al que van las tartas cuando mueren”. Las recetas norteamericanas suelen llevar guindas (sour cherries, las llaman) en vez de cerezas. Al ser una rara avis en nuestras fruterías, aquí nos conformamos con rellenar la tarta de cerezas normales, cambiando un poco la fórmula para ajustarla a su mayor dulzor y contenido en agua. Añado también un poco de almendra porque sorpresivamente, su combinación con las cerezas es sublime: los huesos de esta fruta y las almendras amargas comparten un compuesto, el benzaldehído, que es el que se usa industrialmente para aromatizar las piruletas de corazón o la esencia de almendras amargas. Qué cosas.
Por si aún no os he convencido, aquí tenéis 9 razones por las que volver a revisitar Twin Peaks, y si no, podéis conformaros con ver este impagable vídeo en el que dos argentinos hacen la tarta como si estuvieran en la habitación roja. Ah, si no tenéis deshuesador de cerezas, no desfallezcáis. Yo utilizo siempre el truco de la botella con un palillo chino.
Dificultad: No os voy a engañar, una poca.
Ingredientes
Para una tarta de unos 23 cm de diámetro
- 250 g de harina
- 150 g de almendra molida
- 110 g de mantequilla fría
- media cucharadita de sal
- 100 ml de agua helada
- 1 kg de cerezas
- ralladura de un limón
- zumo de medio limón
- 1 cucharada de licor de almendra tipo Amaretto (opcional)
- 60 g de azúcar
- 8 g (una cucharada) de almidón de maíz
- 1 huevo
Instrucciones
¿Has intentado hacer esta receta u otras de El Comidista, y no te han salido bien? Quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com
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