Prepararla no exige más que picar tomate, cebolla, cilantro y chile; alegra tacos y quesadillas, y también sirve para ensaladas, carnes o ceviches rápidos. Aquí tienes la receta clásica del pico más dos versiones.
Un aderezo fresco a base de hierbas, ajo y especias variadas que podemos personalizar según nuestro gusto o lo que tengamos en la despensa. Se usa en platos de carne, verduras y pescado a la brasa o ensaladas.
Esta versión de la popular sopa fría andaluza es muy típica en la zona del poniente de esta comunidad. Con un manojo de cilantro fresco, agua, vinagre, pan, aceite y ajo tenemos un entrante veraniego diferente al habitual.
Adaptamos la fastuosa receta de Masala 73 a la cocina de casa, con algún ingrediente menos pero todo el sabor, la melosidad y una salsa cremosa y especiada de la que te vas a enamorar para siempre jamás.
Una mezcla de ingredientes que te lleva directo de viaje a Tailandia y Vietnam sin pasar por la casilla de salida, inspirada en un ceviche y convertida en una sopa fría cremosa, potente y divertida.
Una receta cuyos ingredientes completos aparecen en el nombre es siempre una apuesta segura, pero ésta te va a poner a salivar en cuanto huelas el ajo dorándose en la mantequilla.
Si el cilantro te sabe a jabón, colonia o a cuerno quemado, es posible que sufras cilantrofobia por causas genéticas. Y que estés siendo torturado por la actual tendencia de añadírselo a todo, claro.
Encontrar un buen ceviche de restaurante no siempre es fácil, pero para hacerlo en casa no necesitas más que un cuchillo bien afilado y algunos ingredientes nada complicados de localizar en un súper bien surtido.
Panceta tierna y crujiente, encurtidos caseros y una salsa con mucha vidilla son los intérpretes principales de este bocadillo inspirado en el bánh mì vietnamita.
Se parecen a las judías verdes porque lo que nos comemos es su vaina, pero los tirabeques o bisaltos son en realidad parientes de los guisantes. Con un poco de sémola y unos aderezos, son un plato de 10.
Tres sencillas recetas para organizar un enyesque o aperitivo 100% canario. Imaginar que estás tomándolo junto a una playa de las islas afortunadas ya es cosa tuya.
Cruzamos el estrecho para disfrutar de la auténtica cocina española de fusión: la ceutí. Las influencias andaluzas, árabes y bereberes se mezclan en uno de sus platos más típicos, el pollo a la moruna con frutos secos y aceitunas.
Una papada melosa y una sardina con potente sabor a mar, envueltas en una hoja de lechuga y con la raspa crujiente del mismo pescado como acompañamiento: la versión mar y montaña del säam coreano ya está aquí.
Engordamos un fondo vegetal triturando setas, verduras y un fruto seco con resultados erótico festivos y una textura muy parecida al tradicional caldo de ramen (pero sin ningún cerdo de por medio).
Exóticos, ligeros, picantes, clásicos, con queso fundido, ultra rápidos o elaborados con conservas: te proponemos 10 recetas imbatibles para que innoves poniendo tu comida entre dos panes.
Servimos una ensalada con frutos secos, aceitunas y fruta deshidratada sobre dos mitades de calabaza asada y las aliñamos con una vinagreta que remata su aire moruno. Te gustará seas de Halloween o de Holywins.
Se acaba el verano y las verdulerías rebosan de sus hortalizas y frutas de temporada, diciendo a gritos “cómeme, que no volveré hasta dentro de 10 meses” o “estamos muy baratos y tu economía lo agradecera”.
Nos vamos a dar una vuelta por México sin movernos de la mesa, gracias al cilantro, la lima, la cebolla y los jalapeños que acompañan a los langostinos, en un receta que aún sabe a un verano que se despide.
Una forma rápida y sencilla de preparar legumbres, de inspiración mexicana y muy fácil de tunear. De regalo, unas zanahorias escabechadas con un punto de chile con infinitas aplicaciones y de larga duración.
Parece una receta, pero es la fórmula para que encontrar en la frutería mangos más verdes que el Grinch no sea un drama, sino una alegría. Unas gambas, unos fideos y un aliño potente le ponen la puntilla.
Lacamos unos contramuslos jugosos con miel, salsa de chile y soja, les dejamos la piel bien crujiente y refrescamos el conjunto con una salsa de verduras de inspiración tailandesa. Resístete si puedes.