Descansen en paz
La imagen de Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
La imagen de Juan José Millás
Es un error pensar que lo que no existe no existe. Te lo digo yo, el monstruo de debajo de la cama
La imagen de Juan José Millás
La imagen de Juan José Millás
Primero les cerramos los ojos, para que no nos miren, y luego les tapamos el cuerpo, para no verlos.
La imagen de Juan José Millás
La imagen de Juan José Millás
Mucha gente divide su tiempo entre Benidorm y su lugar de residencia habitual. Yo lo divido entre mi habitación y mis novelas
La imagen de Juan José Millás
Me encontraba, en efecto, en un hotel de los alrededores de un aeropuerto cuyos muebles me rechazaban con una hostilidad sólo comparable a aquella con la que yo abominaba de ellos
La imagen de Juan José Millás
Subí al taxi, me acomodé, miré al conductor a través del espejo, le dije: “Lo siento, no logro recordar adónde iba”. Poco después se detuvo ante un tanatorio. “Aquí es”, dijo
La imagen de Juan José Millás
El Gobierno debe de andar preguntándose estos días qué tornillo habrá desenroscado para que se le caigan las encuestas como a Tony Soprano se le cayó el pene
La imagen de Juan José Millás
Si donara algo cada vez que me lo solicitan, viviría arruinado, pues me tienen fichado todas las ONG. De modo que suelo cargar con la culpa de no hacer nada
La imagen de Juan José Millás
Llorar por un solo lado de la cara parece una singularidad pequeña, pero, si lo piensas, constituye una asimetría cruel
La imagen de Juan José Millás
Quiero llevarme bien con la realidad. Es algo que me debo. Pero cuanto más me acerco a ella más se aleja ella de mí
La imagen de Juan José Millás
Huía de la gente y vagaba durante horas por las calles y por los pasajes más oscuros y angostos de la ciudad, como la sombra de Caín había errado por el mundo tras matar a su hermano
La imagen de Juan José Millás
La puerta de los grandes almacenes tragaba y expulsaba gente sin cesar. Me asomé a la carne como si la viera por primera vez y su misterio me produjo un asombro sin límites
La imagen de Juan José Millás
Mientras las manos trabajan y la mente imagina, el estómago hace la digestión, el hígado y el páncreas producen sus jugos, los pulmones se inflan y se desinflan, el corazón se agita, la lengua habla, los ojos ven, los pies andan...
La imagen de Juan José Millás
El teléfono de prevención del suicidio es otro ejemplo de parche: no podemos eliminar las causas de fondo, pero hablamos con los desesperados
La imagen de Millás
La desigualdad, otro indicador perfectamente medible y cuantificable, viene creciendo desde 2007 a un ritmo de pandemia
Columna de Juan José Millás
Formamos una tupida red en la que espiamos y somos espiados sin otro objetivo que el de conocer nuestro precio para compararlo con el de los demás
La imagen de Juan José Millás
Para el ciudadano medio, el horizonte da más miedo que la situación actual desde la que se observa
A medida que me adentraba en el interior de la vivienda crecía el sentimiento alucinatorio que alcanzó su cénit frente a los sanitarios del aseo
El hombre se vuelve y me pregunta si leer es divertido. Le digo que quizá “divertido” no sea la palabra correcta. Nos observamos con un punto de asombro. “No leo nunca”, confiesa al fin con inocencia
Columna de Juan José Millás
Tánatos va ganando la partida en muchos aspectos, pero los árboles han comenzado a brotar y los rosales de mi barrio están a punto de florecer