Superposiciones
De esto va el discurso del PP: de que nos creamos que las sociedades pueden progresar retrocediendo o de que el narcotráfico se puede combatir alternando con narcotraficantes
Trump definía la mentira como “una verdad alternativa”. En otras palabras, que dos y dos son cuatro, sí, aunque en una dimensión paralela podrían ser cinco o diez, o los que a él le convinieran, según el momento y el lugar. Usted y yo no vivimos en ninguna dimensión paralela, sino en esta, donde resulta que cuando se suben las pensiones se suben las pensiones y cuando se abarata el despido se abarata el despido y cuando se vota en contra de una reforma laboral se vota en contra de una reforma laboral y cuando se está en contra del divorcio se está en contra del divorcio y cuando se prohíbe la eutanasia se prohíbe la eutanasia. Y así de forma sucesiva.
Feijóo querría vivir en un mundo en el que se pudiera estar en contra del alza del salario mínimo sin estar en contra del alza del salario mínimo. Más aún, en un mundo en el que fuera posible disminuir las listas de espera de la sanidad pública a base de prolongarlas (Díaz Ayuso está a punto de lograrlo debido a la huida de los contribuyentes hacia los seguros médicos de carácter privado). Quizá, a la vista de sus últimas intervenciones, el líder del PP ya se ha instalado en ese mundo. De ahí que González Pons diera la impresión de amenazar a Silvia Intxaurrondo con cesarla cuando lleguen al poder por la falta de cintura que implica habitar una realidad en la que las cosas son lo que son cuando, tal y como demuestra la física cuántica, las cosas son lo que son y lo que no son. De ahí que el gato de Schrödinger esté vivo y muerto al mismo tiempo.
En la física cuántica, por seguir con el rollo, una partícula es capaz de hallarse en diversos estados de forma simultánea. Se llama “superposición cuántica”. Y de esto va el discurso del PP: de que nos creamos que las sociedades pueden progresar retrocediendo o de que el narcotráfico se puede combatir alternando con narcotraficantes.
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