
Sonetos de barro y cuerpo
Pablo Neruda solo quiere cantarle a la mujer que ama y la poesía es únicamente el instrumento que le ayuda a lograrlo. Es así como nace la certeza entre los versos, la verdad más absoluta, la perfección de lo imperfecto
Pablo Neruda solo quiere cantarle a la mujer que ama y la poesía es únicamente el instrumento que le ayuda a lograrlo. Es así como nace la certeza entre los versos, la verdad más absoluta, la perfección de lo imperfecto
Madrid es volver y sentir que no te has ido; irte y sentir que ya estás volviendo
El próximo viernes la poeta Elvira Sastre se despide como columnista de El País
Yo también dudo. Y me frustro. Así que llamo a mi madre para escuchar lo que ya sé. Y ella me lo dice: “Tú siempre has sido responsable”
Existe un ejercicio interesante para entrenar la resistencia y la fe: la entrada de los colegios
Sucede algo hermoso con las tragedias, y es que la empatía se intensifica
Mientras que aquí es un tabú, un proceso incómodo y lleno de dolor que negamos, en México la muerte es una consecuencia más de la vida, un paso adelante
Últimamente me pregunto si alguien nos ha enseñado alguna vez a mirarnos. Si disponemos de las herramientas necesarias para que eso no sea un trauma, sino un atajo
A veces traen comida a domicilio, otras vienen a recoger paquetes, siempre me traen libros
Lo que está sucediendo en Madrid es un escándalo. En mi barrio hay tres lugares que no solo no se vacían, sino que cada vez albergan más gente
‘Voy a pedirles un favor: no abandonen a la cultura’
No es cierto que la ciudad acoge a todo el mundo por igual
La Feria del Libro de Madrid es para mí ese evento sobre el que gira el primer semestre del año
Quienes permanecen en Madrid en verano lo hacen con las ganas de que los demás vuelvan
Siento que la política es como aquel estribillo pegadizo que aun resuena en la memoria: 'un pasito p’alante, un pasito p’atrás'
Cuando uno tiene miedo debe construirse un escudo, sentir que está haciendo algo, que le está poniendo remedio, que jamás podrá reprocharse que no hizo lo debido para él y para el resto
Cuántos estarán besándose en esquinas por donde ya no pasa nadie, en bancos donde ninguno se sienta
El calor madrileño es un puñetazo seco contra el pecho, una manta de brazos largos que se enredan por el cuerpo ajeno, una canción repetida en una fiesta
El regreso a las personas que amamos después de tanto tiempo está siendo tan hermoso que siento que la vida perdida ha sido solo un impulso
Sentirse seguro es un privilegio que todavía no es nuestro
No me gusta el patriotismo autonómico, pero me he dado cuenta de que Madrid también me duele. Debemos tener memoria
¿Quién piensa en regar una planta cuando tus padres o tus abuelos han muerto de pronto?
Fue una de las primeras cosas que quise hacer cuando pasamos de fase: recorrer las grandes avenidas con el viento de frente
Llevaba más de sesenta días con la duda de si quedaba algo vivo ahí afuera. Todavía no tengo clara la respuesta
Asumo nuestras diferencias y confieso que el recelo inicial existió, pero esta pandemia me ha enseñado que la crispación y la confrontación no sirven de nada
Si este confinamiento no nos ha enseñado a cuidarnos entre todos entonces, ¿de qué ha servido todo esto?
Qué bonita Madrid, qué calma tan necesaria, qué lentitud tan sumamente hermosa. Qué ciudad tan emocionante, llena de ancianos y de perros, de nadie más