Arrancamos una serie con ideas para cenar bien sin apenar esfuerzo en el momento más caluroso del año con una crema fría de maíz, una ensalada de patatas con mejillones y tomates cherry y unas 'natillas' de plátano y mango.
Este nombre tan extraño hace referencia a una de las bebidas más consumidas en el verano mexicano. Consiste en una especie de granizado de mango, y el chamoy, una salsa picante, le da el 'punch' necesario.
El verano es tiempo de ensaladas -porque no te entra mucho más- y ya no sabes de qué prepararlas: prueba a poner mango en la clásica ensalada de tomate y remata con unos germinados y el toque crujiente del rabanito.
Pocos ingredientes y aún menos tiempo de preparación en una receta que mezcla el crujiente de los tirabeques -o la judía verde, si no los tienes a mano- con la dulzura del mango y un cremoso requesón.
La tarta de galletas lo tiene todo: buena, bonita, barata, se hace en un pispás y encima sin horno. Más allá de la mítica versión con chocolate existe un mundo de posibilidades con queso, nata y fruta de temporada.
Hoy te traemos una receta refrescante para que lo goces en casa haciéndola este verano. Si quieres un sorbete perfecto, vete a una heladería. Si buscas un sabor propio, estás en el lugar indicado.
Un puré, un salteado y una salsa completamente diferentes entre ellos que se preparan en unos cinco, 25 y 90 minutos. Si no encuentras el que más le conviene a tu carne, es que estás completamente desnortado.
Desde tartas y pasteles hasta platos salados, salsas, mermeladas, ceviche o encurtido: el mango está de temporada, y ofrece muchísimas posibilidades además de pelarlo y comerlo tal cual.
Si tus macedonias siempre saben igual, dales un poco de vidilla con menta, jengibre, canela y vainilla. Seguirán siendo un postre tirado de hacer, pero los que se sienten a la mesa noatarán la diferencia.
Las aguas infusionadas en frío con frutas, hortalizas o hierbas aromáticas son una estupenda opción para que hidratarse sea, además de necesario, sabroso.
Si coges un montón de frutas tropicales y las tratas como si fueran hortalizas, consigues una ensalada campeona que puedes servir como primer o segundo plato. Añade unos langostinos, no te arrepentirás.
Parece una receta, pero es la fórmula para que encontrar en la frutería mangos más verdes que el Grinch no sea un drama, sino una alegría. Unas gambas, unos fideos y un aliño potente le ponen la puntilla.