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Después de reunirse con su hijo, María Marroquin llora durante una llamada telefónica con el padre del niño, que reside en Nueva Orleans, Luisiana (EE UU).

El calvario de las familias reunificadas: pendientes de una solicitud de asilo

Maria Marroquin y su hijo de 11 años huyeron de Honduras después de que dos policías asaltaran su casa y los extorsionaran. Después de conseguir cruzar Río Grande, zona fronteriza entre México y EE UU, Maria fue detenida y Abisai llevado a un centro de menores de paradero desconocido. Ahora, en cumplimiento de la orden judicial que obliga a la administración Trump a reunificar a las familias separadas, vuelven a estar juntos. Pero se enfrentan al calvario de tener que regresar a un hogar que no sienten seguro si no les aprueban la solicitud de asilo

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