La crisis de los incendios complica el futuro político de Tsipras
El Gobierno griego, que presumía de la inminente salida del tercer rescate, no saldrá indemne de la peor catástrofe en la historia reciente
Ante un balance de víctimas que no deja de crecer, ni siquiera el anuncio de ayudas para los damnificados garantiza al Gobierno salir indemne de la peor catástrofe en la historia reciente de Grecia. Hasta el lunes, cuando un incendio segó en horas decenas de vidas, el Ejecutivo presumía de la inminente salida del tercer rescate y saboreaba el acuerdo con Macedonia. Pero la aparente falta de respuesta oficial a la emergencia ha puesto contra las cuerdas a las autoridades.
El ministro de Defensa, Panos Kamenos, que visitó este jueves la zona cero del incendio, tuvo que aguantar un chaparrón de reproches de los afectados y, en vez de calmar los ánimos, se defendió torpemente atribuyendo a las construcciones ilegales en la zona el alto número de muertos. Según el último balance oficial, la cifra se elevaba ayer a 85, al fallecer en el hospital dos de los heridos y ser localizados los cadáveres de otros tantos desaparecidos, cuyo número sigue siendo una incógnita.
Tras la avanzadilla de bomberos, policía y militares, el primer signo visible de presencia del Estado en Mati, epicentro del incendio, eran ayer los 150 funcionarios del Ministerio de Infraestructuras que evaluaban casa por casa el grado de afectación. De la gravedad de los daños, dependerá la percepción de las ayudas anunciadas el miércoles por el Ejecutivo: 5.000 euros por familia (6.000 para las numerosas) y 8.000 para negocios afectados, además de la exención temporal del pago del impuesto inmobiliario para los propietarios de inmuebles destruidos o gravemente dañados. El anuncio de las compensaciones no ha impedido que el Ejecutivo se vea acorralado por las críticas. Síntoma de una palpable incomodidad es, por ejemplo, la prohibición de Syriza, partido que lidera la coalición de Gobierno, a sus parlamentarios y dirigentes de participar en tertulias o programas de un canal privado de televisión especialmente crítico.
Tres días después de la tragedia el primer ministro, Alexis Tsipras, aún no había visitado la zona. En su lugar ha enviado a Kamenos, líder de Griegos Independientes (ANEL, derecha soberanista, socio menor del Gabinete), que acabó irritando aún más a los damnificados al atribuir a las construcciones ilegales en el área —y su consiguiente excedente de población— el efecto tapón que bloqueó la huida de las llamas. Además de la inacción oficial, los vecinos criticaron ante Kamenos el corte de la carretera general y el desvío del tráfico por la del litoral, mucho más angosta y sinuosa, donde se concentró el mayor número de víctimas y de daños materiales.
Cohesión nacional
“No podemos hablar de una respuesta lenta del Estado, porque hay procedimientos científicos, como el cotejo de ADN, que llevan su tiempo. Al revés, el Estado está actuando con rapidez, en coordinación con los poderes locales y la Administración regional”, matiza Evánguelos Vurnús, alcalde de Rafina, independiente, que sin embargo reconoce la inexistencia de un plan de evacuación y teme que el balance de víctimas supere los tres dígitos.
Si la aparente bonanza de la que disfrutaba el Ejecutivo por las mieles —más internacionales que domésticas— del acuerdo con Macedonia no ha saltado por los aires, se debe a la cohesión nacional ante la tragedia, una suerte de tácito pacto de silencio y luto que ha impedido que, como suele suceder en Grecia, Gobierno y oposición se enzarcen en críticas a la menor oportunidad.
Una lista con solo 25 desaparecidos
El ánimo conciliador se percibe en todos los poderes públicos. Por ejemplo, en el Ayuntamiento de Rafina estos días “se han aparcado las siglas y los colores; sólo importan los ciudadanos, las víctimas”, explica Chris Tsemperis, portavoz municipal. “A la alcaldía han venido los principales líderes de la oposición y no ha habido cámaras ni declaraciones a la salida; no es tiempo de hacer política”, añade. El portavoz se refería a la visita de, entre otros, Kyriakos Mitsotakis, líder de la conservadora Nueva Democracia, principal partido de oposición, que saca al menos 10 puntos de ventaja a Syriza en la mayoría de las encuestas de intención de voto. Tomando también la iniciativa sobre el terreno —y sobre el Gobierno—, Mitsotakis fue de los primeros en visitar la zona afectada, el martes, apenas 24 horas después del paso del fuego.
La intención manifiesta de Tsipras desde hace meses es agotar la legislatura y convocar elecciones en otoño de 2019, pese al insistente runrún en Atenas sobre un posible adelanto electoral para la primavera. Cosa extraña, nadie ha pronunciado estos días la palabra elecciones, pero el impacto del incendio amenaza con tener consecuencias, una vez se evapore la unidad nacional —y partidista— en torno al duelo.
Gestionar mal la emergencia derivada de un incendio tuvo para Gobiernos anteriores un coste electoral claro: el conservador Kostas Karamanlís se vio obligado a adelantar los comicios en 2009 —que perdió—, después de que un incendio de dimensiones infinitesimales comparado con el de Mati pusiera en evidencia la inacción gubernamental, que además se arrastraba desde el incendio en el Peloponeso y Evia de 2007, este sí dantesco: más de 70 víctimas en una semana.
Mati: una reconstrucción desde cero y con apoyo psicológico
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.