Pan horneado, bollos o derivados: dos meses.
Masas crudas tipo pan, galletas o pizza: seis meses.
Platos o comidas ya cocinadas (guisos, arroces, o pastas): cuatro meses.
Bebidas: un máximo de 12 meses en envases aptos para congelar —de plástico, cristal— o en cubiteras. Aunque, advierte la experta, "no deben llenarse al máximo porque el volumen del agua aumenta al congelarse y podría reventar el recipiente".
Para descongelar cualquier alimento hay que planificar: "Debe hacerse con antelación y a temperatura de refrigeración, es decir, en la nevera, hasta conseguir que se descongele por completo", dice Torres Moreno, quien además recomienda no hacerlo nunca a temperatura ambiente ni bajo agua caliente porque "aumenta el riesgo de contaminación". Otra opción es usar el microondas, aunque hay que vigilar que no se cocine la parte exterior.