
Almudena
Aún no puedo creer esto que nos ha sucedido ni sé medir la dimensión de esta pérdida, pero estoy segura de que a ella le habría gustado vernos felices

Es escritora. Desde 1995, fecha de publicación de 'El frío', ha escrito narrativa, poesía y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos últimos títulos son 'pequeñas mujeres rojas' y 'Parte de mí'. Colabora con EL PAÍS, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.

Aún no puedo creer esto que nos ha sucedido ni sé medir la dimensión de esta pérdida, pero estoy segura de que a ella le habría gustado vernos felices

El hombre que mea en su bidón se comporta más cívicamente que algunos pagadores de impuestos que se quejan de la proximidad de una narcosala

En ‘La noche de plomo’, Hans Henny Jahnn se adentra en territorios de crecimiento y acabamiento, del amor a la muerte y del sueño a la locura

Sin conocimientos ni memoria ―sin sintaxis― las posibilidades de comunicación se retrotraen a estados prehumanos. Se pierden sentido crítico y sentido del humor

Esta batería de preguntas gira en torno a tres cuestiones: ¿Tiene usted conciencia de clase?, ¿es usted interclasista?, ¿las dos preguntas anteriores son incompatibles?

En morfología hablamos del valor del diminutivo y su aplicación, ideológicamente delatora, hacia mujeres que se atreven a pensar: marisabidilla, listita

Pertenecer a la iglesia algorítmica nos ayudará, con sus tutoriales, a construir la casa cuando surquemos el océano para fundar un nuevo mundo tecnológicamente confesional

La casa ha adquirido una dimensión extraordinaria durante el confinamiento: es extensión de nuestro cuerpo que, a la intemperie, no duraría ni un segundo

Hemos llegado a cumplir unos años y nos aferramos al sistema público de salud como clavo ardiendo para mantener la salud propiamente dicha, pero también la dignidad

Marina Closs reúne en ‘Tres truenos’ las historias de tres mujeres contadas por ellas mismas contra las convenciones sociales, sexuales y lingüísticas

Admiramos las aventuras de Isabel en Estados Unidos, como ‘Tintín en el Congo’, como ‘Astérix en Hispania’. Su aura se expande con efecto ultramarino

Me realizo mientras me desintegro. Me dejo la piel. Soy una bomba de relojería programada con el chip del desarrollismo franquista y el liberalismo global

Ante la vuelta al cole y la necesidad de un pacto de Estado en educación, propongo el siguiente temario alternativo; con él hay acuerdo, fijo

La escritora Marta Sanz reflexiona sobre la percepción social de la práctica de la interrupción del embarazo en la historia y cómo esta ha sido contada en los libros desde diferentes puntos de vista

El negacionismo es un ‘afirmacionismo’ de confesionalidad, individualismo, insolidaridad, desencanto, descrédito del diálogo y la política

Teresa Ribera tiene un papelón. Es lógico que se ponga triste cuando las empresas cumplen sus objetivos ―ganar pasta― sin nada de esa empatía social de la que hablan los anuncios

El tuit de Macarena Olona es irrespetuoso, odioso, inculto, falso. Pero da cuenta de una atmósfera en que libertad de expresión se confunde con libertad de mentir

Las mujeres que aún no han cumplido 55 años, pero son mayores de 50, acumulan todos los números para salir disparadas en un ERE como la increíble mujer bala

Lo obsceno es apalear a un perro, desahuciar, permitir no vacunarse al libérrimo personal de una residencia geriátrica, prostituir a una niña, mantener en el código penal el delito de escarnio de confesión religiosa, aguar la leche

El ‘hágalo usted mismo’ y el síndrome de Ikea, aplicados a enfermedades desatendidas por una precarizada sanidad pública, arrasan en las playas españolas

Nos golpean los rigores de estar en el lado chungo de las brechas de desigualdad y echamos el bofe para suturarlas. Menos mal que no somos negras

Con su romántica romería espacial, Bezos evita enfangarse los pies en una superficie terrestre quemada, inundada, horadada por los clavos de los campamentos donde se aloja parte del personal logístico y repartidor de empresas como la suya

Queremos encontrar un punto intermedio entre la casita del árbol y el hotel nicho, entre abandonada intemperie y geolocalización

Iceta, en cuanto le den su cartera, debería comprometerse con una dieta cultural mediterránea, ni excesivamente castiza ni ‘chorramente’ snob

Nos hemos quedado con lo peor de cada casa: la devaluación del significado del verbo “divertirse”, el todo vale económico y la cicatería moral

Katja Oskamp se sitúa en un barrio del Berlín Este como una escritora reconvertida a un trabajo que le permite escuchar y relatar con humor las vidas de sus clientes

De niña, veía en las manos de las cajeras, respetuosa y admirativamente, alimento y dinero, matemáticas, la posibilidad de ser amable y dar cupones, la destreza de manipular la máquina registradora, animal mitológico de tintineante coraza

Sería más cómodo que las mujeres perdiésemos la voz y dejásemos de cantar

Las actitudes intolerantes de la españolísima gente de bien son consustanciales a su ideología. Conmigo o contra mí.

El comisario Benavente barruntó una tremebunda ola de asesinatos en los barrios obreros; las horas valle serían las más peligrosas

Qué gracioso ha estado el señor De Quinto con la ministra de Trabajo insinuando que Yolanda Díaz es floja porque se ha puesto mala

Nos reflejamos en la imagen interpretada, sentida. Hay que fijarse. Activemos el filtro de una humanidad que proteja siempre a los parias, a las parias, de la tierra

En Gaza no hay normalidad. Civiles desahuciados necesitan protección. Necesitan que, ahondando en los últimos vetos del Gobierno de Sánchez, nuestro país cese de vender armas a Israel

‘Geografía de la oscuridad’, de la escritora peruana Katya Adaui, es un brillante muestrario de relatos en los que la crudeza de los temas se corresponde con un uso del lenguaje llevado al límite

La derecha ha conseguido confundir autoridad con autoritarismo transformando a la izquierda en señorita Rottenmeier

Cuando como votantes despreciamos la política y nos dejamos engañar por quienes dicen ser tan solo libres madrileñas populares, nos comportamos como súbditos y vasallas

La hostelería madrileña ignora lo que está haciendo al perder clientela tan fiel

Asisto a la despersonalización, solo aliviada por la humanidad del gremio sanitario, de los hospitales faraónicos frente a la imprescindible pequeña escala, la proximidad física y afectiva, de los centros de salud de barrio

Quienes difunden eslóganes equidistantes y descontextualizados son los que de verdad polarizan la sociedad española describiéndola desde postulados falsarios que diluyen los méritos de militantes antifranquistas

Prohibido en la Alemania nazi por su tono crítico, ‘Diario de una perdida’ es un alegato contra la explotación sexual, laboral y matrimonial que mantiene toda su vigencia